FERIA DE SALAMANCA
Actualizado 15/09/2014
María Fuentes (Foto Adrián Martín)

Puerta Grande para Juli, Perera y Juan del Álamo que bordan el toreo frente a un Enrique Ponce que no encontró su sitio y se fue de vacío

Respetó la lluvia, se abarrotaron los tendidos y la Glorieta se apoderó de todos los superlativos testigo fiel de ensordecedores silencios continuos ante la verdadera riqueza de la tauromaquia, la de tres toreros entregados, cada cual a su manera, y un cuarto que estuvo sin estar.

Fue Juli un torerazo de principio a fin quien arrancó los primeros alardes de éxtasis en la Glorieta ante 'Pedacito', un manso ejemplar de Domingo Hernández. Deleitó Juli con unas verónicas ajustadas y ceñidas y lo intentó en el quite por chucuelinas pero el animal se salía de la suerte. Se impuso el Juli y arrancó las embestidas firmando dos series largas por el pitón derecho en una faena que fue a más. Tiró de raza el madrileño ante las embestidas nada claras de su oponente y se impuso sobremanera para culminar con una oreja tras estocada entera. Cabeza fría y el corazón caliente para cambiar el destino.

'Treintaycinco', su segundo, nada tuvo que ver. Este sí fue un toro bravo, profundo, que al compás de la poderosa tauromaquia de Julián López El Juli puso los tendidos en pie. El madrileño puso en marcha su artillería y firmó sobre el ruedo de la Glorieta. Toreó largo, con una verdad absoluta tras brindar al maestro Santiago Martín El Viti. Compuso con temple e imperioso sensacionales tandas por la diestra ante el entregado animal. Bien también por la izquierda sellando naturales de gusto y culminó el delirio con pies anclados a la tierra y unos circulares que triplicaron la emoción en los tendidos. Dos orejas y vuelta al ruedo para el bravísimo animal.

Perera, superlativo ante su primero, 'Colocado', que embistió desde los inicios en el capote de Miguel Ángel y con la muleta, eso ya fue de libro, de éxtasis y de paladar exquisito. Rozó la perfección de un torero en plenitud. Comenzó su faena a pies juntos y se va al centro para empezar el toque con la diestra. Tres y el de pecho de larga embestida para seguir con una faena templada, por abajo en la línea de un Perera poderoso que se adueñó de Salamanca marcando los tiempos precisos y gustándose mucho. Remata con manoletinas, anclado al terreno y culmina con una estocada trasera que le abre la puerta grande, ya el delirio.

Su dimensión se alargó más si cabe a un desentendido 'Rocoso' cuando Perera compuso una faena de total inteligencia torera. No era un toro de triunfo con escaso alarde de bravura pero se impuso la cabeza y se impuso de manera notable. Se cruzaba al pitón contrario, le enseñaba la muleta y arrancó la embestida hasta conseguir tandas de gusto y temple. Dominó a su oponente y tirando de valor se metió la plaza en su terreno consiguiendo otra oreja.

Juan del Álamo está porque lo merece, y bien claro lo ha gritado esta tarde el salmantino, que fue la frescura, la entrega y la evolución desde sus inicios. No se lo puso fácil 'Rancherito', deslucido y protestón, al que Juan ganó la batalla. Juan le enseñó con su trasteo y le prolongó las embestidas mostrando todas las caras del toreo con variedad, firmeza y gusto. Estocada y una oreja aunque lo mejor estaba por venir, y ya caída la noche, apareció ese Juan del Álamo. Recibió como lo hace quien quiere ser figura y justificó su inclusión con los poderosos consciente de que era ante 'Almirón' su última oportunidad de brillar en la que es su casa, y brilló. Capote en favor del ritmo con ajustadas chicuelinas. Bravura la de este último de la tarde, enclasado y boyante con el que Juan mostró su mejor versión. Se fue el centro y se arrancó el toro desde las tablas cuando las emociones en los tendidos eran ya máximas y toreó con temple y quietud con sensacionales tandas por la diestra, largas, al compás dibujando tandas templadísimas y hondas en una Glorieta ya conquistada. Estocadón y puerta grande para el salmantino.

Todo el delirio con unos y la decepción con otro, pues los tendidos no se entiendieron con Ponce, que tras 8 años de ausencia pisaba tierra charra. A media altura toreó a su primero 'Hospitalario', toro de calidad pero sin fondo y Ponce tiró de oficio en su trasteo aunque faltó trasmisión. Peor fue el trago de Ponce ante 'Sonrisa', que generó todo lo contrario y escuchó una sonora bronca. Estuvo Ponce sin estar en lo que fue una tarde de mucho brillo con la sensación de saborear lo mejor de tres toreros en plenitud.

 

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