Malo es que las religiones llamen a empuñar las armas. Lo hemos visto toda la vida y en todas las latitudes. Eso de convertir a la gente a base de violencia para salvarlos aunque no quieran, suele acabar convirtiéndose en un rosario de barbaridades y canalladas.
Últimamente es el autodenominado Estado Islámico el que se ha puesto a catequizar a los infieles a base de degollarlos, secuestrar, torturar, violar y vender como esclavas a las niñas infieles, asesinar civiles, cometer genocidios, provocar éxodos interminables, y perpetrar toda clase de crímenes contra la humanidad. Y todo ello con la coartada de llevar El Corán a los infieles.
Uno asiste estupefacto a la noticia de los arsenales que semejantes individuos han llegado a acumular. Observa uno el telediario sobrecogido ante la obscena exhibición de todo tipo de armamento militar, ligero, pesado, vehículos, carros, aviones, helicópteros ? Y no puede uno menos de preguntarse cómo diantre ha llegado un grupo, que hace apenas seis telediarios era marginal, a acumular ese potencial bélico, que para sí querrían muchos de los estados del Segundo Mundo. ¡Si eso cuesta una pasta, coño!.
Bien que le hayan guindao al mandamás sirio (es que no sé si se escribe Hafed El Assad) un par de almacenes, bien que del tráfico humano y el trasiego de estupefacientes se saquen también un dinero. Pero es que, tasado a la remanguillé y a ojo de buen cubero, lo que se ve por la tele equivale al PIB de alguno de los del G20. ¿De dónde sacan pa tanto como destacan?.
A estas alturas es evidente que más de un país les está sufragando y protegiendo. Oiga, ¿Y para qué?. ¿Qué puede sacar nadie con financiar el terror indiscriminado y brutal de estas alimañas?... ¿Es que buscan con ello evitar ser blanco de sus desmanes?.
Mal camino. Demostrado está que ceder al chantaje sólo consigue perpetuarlo y encarecerlo. Nada impedirá que quien ha logrado su objetivo con la coacción vuelva a coaccionar para obtener el siguiente. Allá cada cual, pero mala cosa.
Estos tarados del Estado Islámico han demostrado, además, que nadie está a salvo de sus delirios. Cómo serán, que hasta Alkaeda ha tenido que echarlos de su organización, parece que por excesivamente bestias. ¡Manda güevos!, los que tumbaron las Torres Gemelas y arrasaron Atocha asesinando miles de civiles inocentes, consideran al Estado Islámico excesivamente bárbaros. ¡Lo que hay que ver!.
En semejante escenario se hace absolutamente imprescindible un consenso universal que salga al paso de estos psicópatas. El mundo civilizado tendría que haber establecido ya un algo ?protocolo, declaración, sanciones, plan de acción- que les hiciera llegar a los asesinos el mensaje de que estamos todos unidos frente a ellos y que no vamos a tolerar sus desmanes pasivamente.
Y tal cosa tendría que haber aunado celeridad y unanimidad para ganar eficacia y ser rentable. Y esta vez sí que no deberíamos tolerar vetos de nadie en ningún sitio; y si se produjeran, deberían los estados tomar nota de que, probablemente, el statu quo de las organizaciones internacionales comienza a estar obsoleto y hay que plantearse su modificación. De nada sirve una ONU que no sirve para nada.
Estados Unidos, junto con Europa, deben trazar un plan de acción contra el terrorismo del Estado Islámico y ser suficientemente listos como para sumar a él a China y -para que ZP se salga con la suya- sumar también a los estados árabes para conformar un entente cuasi mundial capaz de meter en cintura a esos canallas enloquecidos, sin entrañas ni cerebro.
Es urgente. Los malos no descansan y matan todos los días.