OPINIóN
Actualizado 09/09/2014

      No podemos acostumbrarnos a la noticia, casi diaria, de atropellos de peatones en las calles de la ciudad.  La seguridad vial  tiene que ser el resultado de la educación y el ejercicio del sentido común por parte de todos.  Hay normas que debemos respetar todos por el bien de todos.

     La tendencia es echar la culpa a quien hace daño y no siempre debe ser así. Un vehículo frente a un peatón o ciclista, por ejemplo, siempre saldrá ganador, aunque sea él el atropellado, que también se da el caso.  Si somos observadores cuando vamos por la calle, tenemos que reconocer que los máximos "infractores" somos los peatones, seguidos de ciclista y motoristas, sin restar importancia y reconociendo que entre los conductores también hay un buen número de infractores.  El peatón, no sé si porque no vamos "matriculados", es más impaciente en la espera para cruzar y muchos, aún viniendo coches, cruzan. Los ciclistas, salvo las excepciones, no respetan los semáforos y se arriesgan, o se suben a la acera y continúan entre los peatones. En fin, creo que todos sabemos que esto se produce a diario en nuestras calles y hemos de poner remedio en la parte  que nos corresponde para evitar desgracias y lamentos.

  Los pasos no regulados por semáforos, los de cebra, es donde todos deberíamos poner más atención. No podemos guiarnos por la cacareada preferencia y cruzar  sin encomendarnos a nadie. El sentido común nos dice que hemos de poner en primer lugar la seguridad y después la preferencia. Hay peatones que caminan por la acera y a la altura del paso de cebra  giran y se tiran a la calzada sin darle oportunidad al coche que está encima de reaccionar. Quizás también sean necesarios los intermitentes ( en las orejas ) para avisar de nuestras intenciones.  Es suicida este comportamiento y abunda. El conductor, por la norma existente, siempre será culpable del atropello en el paso de cebra. Pero el sentido común y hasta la generosidad de unos para con otros, nos dice que el peatón que se comporta de esta manera, tiene mucha culpa también. No puede sorprender al conductor, sin haberle dado la oportunidad de percatarse de su presencia e intenciones.  Cuando se está visible y en manifiesta actitud de cruzar, al conductor que no para se le pueden llamar cosas, tomarle la matrícula del coche, denunciarlo? Lo que el peatón no debe hacer nunca es ponerse de parapeto ante el coche y arriesgarse a ser atropellado en nombre de la preferencia. Todavía me palpita el corazón cuando recuerdo a la mamá joven, con dos niños de la mano, que hace unos días, se lanzó a cruzar sin percatarse del coche que tenían ya al lado, al que obligó a frenar bruscamente, porque tenía preferencia. Menos mal que el frenazo fue efectivo. Pero se la jugó con sus hijos. Y detrás de ese coche no venían más. ¡ Qué difícil les resulta a algunos ser generosos y hacer más uso de la lógica.! Se nos da mejor exigir a los demás, que exigirnos a nosotros mismos.  Es así como nos conducimos por la vida? Estoy convencido que mi norma es buena y la recomiendo: seguridad antes que preferencia. Y todo irá mejor.

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