OPINIóN
Actualizado 08/09/2014
Alfonso González

"Cómprate una vida y cárgala a mi tarjeta" Anónimo

Estimados señores asesores ministeriales.

Soy la madre de un alumno, o sea la progenitora ¿saben? y tengo la solución para sacar a este Instituto de la chusma de la mediocridad en la que se encuentra. ¡No se lo pueden perder! Sí, el remedio debe ser hipermegafuerte para que los otros institutos flipen en colores. Como lo más importante en nuestra sociedad es la imagen, sería ideal un cambio en la ropa y en el look personal de los estudiantes y de los profesores, por lo que propongo a la Dirección y a la Comisión de Coordinación Pedagógica, que salga de la franja de los horteras e imponga unos tipos de uniformes informales, pero de marca, que transmitan toda la clase que debe tener el Centro. Sería super total ¿no? Para que ustedes me entiendan, voy a indicarles como deben venir a clase los alumnos.

Ellos, o sea los chicos, deberán usar gomina y, si les apetece, dejarse un flequillo que les tape un ojo; traer los slips por el ombligo (recuerden que cuanto más alto el calzoncillo más rango tiene el individuo); los pantalones super "cagaos"; las camisetas blancas ajustadas con su logotipo; los jerséis verdes, rojos o malvas por los hombros; la sudadera de la misma marca, los vaqueros rotos (no por ellos sino, por operarios del tercer mundo) y los anoraks megaenormes. En primavera se permitirán los chalecos. En los pies usarán zapatillas blancas de marca con anchos cordones fosforitos y, en su defecto, náuticos o castellanos.

Las princesas, o sea las chicas, vestirán prendas exclusivas e individualizadas de color fucsia, ya que si coinciden dos alumnas con la misma ropa, del disgusto habría que ingresarlas en el Hospital de la Santísima Trinidad (nadie dijo que fuera fácil ser divina). Vendrán maquilladas y con el pelo a lo "palmera" o imitando greñas para que se vean guapas y deseen salir con ellas mismas. Los pantalones serán pitillos de color beige o rosas, camisas varias tallas mayor, rebecas extremadamente largas, supercinturón de cuero, grandes collares con nudos, decenas de pulseras de goma en las muñecas, zapatos elegantes de punta fina o zapatillas "francesitas" de fantasía, y bolsos gigantescos o minis, dependiendo de la hora del día. Unos y otras usarán mochilas hawaianas. Seremos la milk y todos nos envidiarán.

¿OK? Supergracias, señores asesores.

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