OPINIóN
Actualizado 04/09/2014
Víctor Hernández

Hace tiempo que me vengo fijando en la evolución de algunos artistas que suenan en las radio formulas y que por lo tanto hacen música comercial. Disco tras disco siguen buscando esa combinación de elementos que consigan llegar a la mayor cantidad posible de personas para asegurarse una buena venta de discos y una suculenta gira por el territorio nacional.

Todos evolucionamos de forma natural -positiva o negativamente-, pero en el ámbito musical todo es más complicado porque juegan factores como las modas, el cambio generacional y el envejecimiento de los fans.

Por este y otros motivos algunos artistas decidieron dar un giro a su carrera musical, podría ser el caso de Fito Cabrales que pasó de ser ese vocalista rockero del grupo Platero y tú al artífice del grupo Fito & Fitipaldis, cambiando las letras de sus canciones en las que hablaba de noches de borrachera y hazañas de rebeldía por temas más comerciales, llegando a lanzar un rock and roll que solo decía, sorprendentemente, "no tengo nada que decir", demostrando aparentemente que aquí todo vale.

Otro caso podría ser el del grupo Celtas Cortos, que llenaban sus discos y sus conciertos con canciones de malestar político y social y que en sus últimos trabajos ya se notaban más suavizados y conformistas.

Pero el verdadero caso, y es a lo que en realidad viene este artículo, es el de Melendi. La evolución musical del asturiano ha sido clara, creo que de las más claras de este país. Un cambio de estrategia para mantenerse en el mercado y abarcar nuevos públicos, consciente de que la juventud que creció con él ya va por otros derroteros y que las nuevas generaciones tienen a otros ídolos en su haber. Todas aquellas canciones que hablaban de marihuana y puticlubs, llenas de personajes de las noches más canallas, han ido desapareciendo junto a los ritmos rumberos y guitarreros para dar paso a orquestaciones, temas a piano y letras de lo más lacrimógeno como se avanzaba hace unos días con el lanzamiento de su canción "SaraLuna" colgada en youtube a modo de muestra de lo que nos espera con su próximo trabajo.

No solamente nos demuestra que no tiene claro como continuar en el mundo de la música, sino que además nos quiere convencer de que es el siguiente Sabina, habiendo recibido ya bastantes críticas por ello al haber intentado simular al cantante sin mucho éxito.

Definitivamente parece cierto que Melendi vive en la calle la pantomima. 

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