OPINIóN
Actualizado 22/08/2014
Juan Robles

Hay que empezar constatando que no todo el mundo tiene vacaciones. También hay que tener en cuenta que cada vez menos las vacaciones coinciden con el mes de agosto, ya que se establecen turnos de vacaciones según las conveniencias de las diferentes empresas, incluso partiendo nuestro descanso en varias porciones y no disfrutándolas en un solo mes seguido. Pero todavía sigue siendo prioritario el tomar vacaciones en el mes de agosto más o menos completo.

Las vacaciones son de diversos modos y prácticas: Hay quien las realiza tranquilamante en su propia casa, por gusto o por necesidad. Otros las toman en lugares cercanos o en sus propios pueblos de origen. Los hay que eligen tostarse en la playa junto al mar, y quienes prefieren el aire limpio de la montaña, o las rutas a pie por lugares de interés, entre los cuales sobresale el recorrido por alguno de los muchos caminos de Santiago. Hay también quienes aprovechan la ocasión para viajar fuera del propio país y conocer nuevos lugares y culturas. Algunos viajan a países de misión y hasta ofrecen un tiempo de trabajo o servicio voluntario, generalmente con gran satisfacción y resultado, tanto para los destinatarios como para los realizadores.

Lo normal, y lo deseado, es que las vacaciones sirvan al menos para el propio descanso, pero a veces los viajes o sus condiciones nos causan mayor cansancio y volvemos a casa o al trabajo como si no hubiéramos gozado del descanso vacacional. Eso causa un trauma posvacacional, o por la falta de descanso real o por la resistencia a reintegrase de nuevo en la rutina del trabajo.

En el mes de setiembre nos espera el inicio de la escuela o de la universidad. Quedan atrás las abundantes fiestas locales del mes de agosto. Hay lugares en que los pueblos se ponen de acuerdo para no coincidir en las fechas de sus fiestas y poder así asistir a una tras otra, derrochando tiempo, esfuerzo, abuso de falta de dormir y hasta dinero en abundancia, en una locura inaudita. ¿Cómo volver a comenzar el curso con calma, descanso y capacidad de rendimiento?

En Salamanca ciudad aprovechamos algunas de las fechas, iniciado ya el mes de setiembre, para celebrar nuestras fiestas de la Virgen de la Vega. Las celebramos con misas, novenas y procesiones, pero también con teatro, musicales, verbenas, ferias populares, fuegos artificiales  y toros. Que no falte nada, a pesar de las estrecheces de la crisis.

Esperemos, por lo menos, celebrarlas en paz y buena concordia, sin demasiados abusos ni derroches, pensando que enseguida hay que cambiar de cuerda y sintonía, pasando a la escuela y el trabajo. Que tengamos todos buenas fiestas. Y que la Virgen de la Vega nos bendiga y ayude, y nos devuelva a la normalidad de la vida con buen descanso y con la debida moderación.

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