He viajado por varios países árabes: Dubai, Qatar, Omán y Kuwait y en todos he podido constatar que cuando dices que eres de España, automáticamente el interlocutor esboza una sonrisa en su cara. Nos tienen simpatía y eso es muy agradable cuando se trata de vivir en estos países donde la vida no es nada fácil.
Ser de España para ellos implica amar el fútbol. Casi todos los árabes con los que he hablado, y son muchos, tienen una devoción absoluta por nuestro deporte rey.
Te suelen decir: España, ¡si! Barcelona, Madrid y como no Marbella. Estas son las tres ciudades que casi todos los que nos han visitado conocen, pero lo que más les gusta es El Santiago Bernabeu, el Nou Camp y el Vicente Calderón.
Algunos cuando digo que soy de Salamanca la conocen por la Universidad, pero muy pocos.
Me pregunto ¿Qué está pasando? ¿La marca España se queda solamente para vender equipos de fútbol?
Son muy pocos los interesados por nuestros monumentos, nuestra gastronomía o nuestra lengua y eso que nos unen muchas afinidades.
Cuando descubres las similitudes en el arte, la orfebrería, la gastronomía, los trajes típicos, te das cuenta que ocho siglos de su paso por nuestra península dejaron huella.
Las personas árabes, en un primer momento, suelen ser muy desconfiadas, si quieres hacer algún negocio primero el dinero por delante, pero si te ganas la confianza, descubrirás una población acogedora y muy hospitalaria. que te ofrecerán todo tipo de atenciones y regalos.
Tengo la suerte de conocer una cultura que nos ha dejado tanto , con la que me siento muy identificada y a la que podemos aportar mucho más que el fútbol.