Los vecinos homenajearon en una fiesta sorpresa al sacerdote que les acompaña en su parroquia desde hace 24 años
El pueblo de Terradillos celebró las bodas de oro sacerdotales de su párroco Francisco Delgado Hernández, conocido popularmente como 'el cura Paco', que además es párroco de Éjeme y Portillo. Don Francisco fue ordenado sacerdote el 29 de marzo de 1964, actualmente es Secretario Personal del Obispo de Salamanca y es párroco de Terradillos desde hace 34 años
Fue una agradable sorpresa que el sacerdote no esperaba y que se produjó al finalizar la misa. Los vecinos le dedicaron unas palabras y le regalaron un libro firmado por todas las familias de la localidad. Además el Ayuntamiento de Terradillos le entregó una placa conmemorativa.
ACCIÓN DE GRACIAS
Después de haber recibido al Señor en su Palabra y en su Cuerpo, damos gracias a Dios, nuestro Padre, porque nos has hecho sus hijos y nos ha dado una nueva vida y una esperanza salvífica.
En esta mañana de solemnidad debe brotar de nuestro corazón un himno de alabanza y de acción de gracias a Dios por el don de la vida y por el don inmenso del sacerdocio ministerial de D. Francisco. Hoy nos unimos a los autores sagrados entonando los cánticos que expresan gratitud por las maravillas de Dios. Con el Salmista "damos gracias al Señor porque es eterna su misericordia" (sal 117), con María proclamamos la grandeza del Señor y se alegra nuestro espíritu en Dios nuestro Salvador porque ha mirado nuestra pequeñez (Lc.1, 46-48) y con San Pablo "damos gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, de todo corazón, que le hizo capaz, se fió de usted y le confió este ministerio." (1 Tim. 1, 12)
Junto a D. Francisco celebramos esta eucaristía, y juntos damos gracias por la fraternidad, la amistad y el apoyo que supone la Iglesia, mediante la cual estamos hoy unidos por Cristo en torno a María. Gracias, por su vida de abnegación desinteresada, por su sencillez y humildad de corazón que para mí, como para muchas personas ha sido un testimonio de Amor al Señor y a los hombres y mujeres que Dios ha puesto a su lado para que viva el don del sacerdocio. Nuestro párroco, ha descubierto la clave para ello, dejándose seducir por el Dios que se ha revelado en Cristo Jesús, encontrándose con Él, dejándose coger de su mano, olvidándose de todo lo que quedaba atrás, para ponerse en camino junto a Él hacia la meta. Que el Señor le siga conservando esa alegría y esa pasión por su Buena Noticia para "partirse y repartirse" como Él en medio el mundo.
También damos gracias por sus distintos ministerios, como profesor en sus más de 30 años entregados a la enseñanza primero en el Instituto Libre Adoptado de Alba de Tormes y después en el Instituto Leonardo Da Vinci del mismo lugar, inculcando a sus alumnos valores como la honradez, la coherencia, la verdad, la justicia bajo el prisma de la visión cristiana del hombre, como juez diocesano y por último como pastor en la Capellanía de las Madres Benedictinas de Alba que con su vida escondida con Cristo fortalecen y alientan la vida apostólica de la Iglesia y en las diferentes Parroquias que ha acogido entrañablemente desde sus primeros balbuceos pastorales en Pinedas y Molinillo, pasando por Amatos, Garcihernández y El Encinar hasta las actuales: Portillo, Éjeme y Terradillos. En actualidad como secretario personal del Señor Obispo. Nuestra parroquia tiene sus defectos pero también algunos dones que vienen de Dios y que hemos acogido y desarrollado al lado de D. Francisco, animados por su labor paciente y constante.
Que el Espíritu Santo grabe en su corazón la confesión de fe de San Pablo, para que sea como el lema que le sostiene y le haga estar arraigado en Cristo y firme en la fe "Se dé quien me he fiado y estoy seguro de que el Justo Juez tiene poder para asegurar hasta el último día el encargo que me dio" (2 Tim.1, 12)
Por último, alentarle D. Francisco, para que siga vigilante al examen de amor de Jesús: "¿Me amas? Señor, tú conoces todo, tú sabes que te amo. Apacienta mis ovejas" (Jn.21, 17). Que el Señor lo bendiga y Nuestra Señora de la Asunción lo proteja bajo su manto maternal.
Gracias Señor.