OPINIóN
Actualizado 12/08/2014
Luis Gutiérrez Barrio

"La parte mejor del hombre es la razón o como quiera que llamemos a aquella parte de nosotros que por naturaleza parece ser la más excelente y principal, y poseer la intelección de las cosas bellas y divinas; pues la razón es o algo divino o, ciertamente,

Muchos son los atributos que se le conceden al ser humano para diferenciarle del resto de los animales. Entre ellos podríamos destacar la racionalidad y la inteligencia.

No dudo, en absoluto, de que estos atributos los posea el ser humano, de lo que no estoy tan seguro es que haga un uso correcto de ellos, o simplemente que los use. Lo que me lleva a pensar, que tal vez la inteligencia y la razón sean cualidades de las que, por no utilizarlas correctamente, hemos perdido su verdadero sentido, al menos el sentido que yo le doy, aunque es muy probable que esté equivocado.

A mí me gusta pensar que tanto la inteligencia como la razón y otras cualidades, son herramientas que el ser humano debe utilizar para conseguir algo bueno para él y para los que le rodean, y de ahí, de esa bondad, nacerá la felicidad, que es el fin al que pretende llegar toda persona.

Entonces ¿por qué usa esas herramientas para hacer el mal? ¿Por qué masacra y elimina al otro?

Una persona que realmente sea inteligente nunca haría nada que generara violencia. Y digo que generara violencia y no que utilizara la violencia, porque a veces, muchas veces, unos la generan y son otros los que la ponen en práctica, obligados por las circunstancias que otros han generado, y que al final, saldrán beneficiados de la práctica de esa violencia.

Hay que ser muy macabro, tener las neuronas podridas y la inteligencia atrofiada, para poner en marcha planes tan horribles como los que los medios de comunicación nos van acostumbrando a ver día a día.

Pero la terrible e irracional violencia que juega con la vida de miles de personas, que arrasa ciudades enteras, sin detenerse a pensar quien habita en esas casas, que quedaran reducidas a un montón de escombros después de apretar un botón, no resta importancia a la violencia ejercida contra un niño, un anciano o una mujer.

¿Qué persona puede ser feliz después de ver la imagen de un niño muerto, en los brazos de su desesperada madre, sacado de entre las ruinas de su casa?

Si lo más importante de una persona es alcanzar la felicidad, al menos eso  creo, ¿por qué nos empecinamos en hacer todo lo contrario?

Cuando hablo de felicidad no me refiero a la felicidad de un momento, de una felicidad personal, resultado de algo satisfactorio para nosotros, no. Me refiero a una felicidad más íntima, más duradera, la que nace de hacer el bien, de la ayuda al otro, la felicidad que es reflejo de la felicidad del otro. Con una sola persona que no sea feliz, ya es argumento suficiente para que cualquier ser humano no lo sea. La felicidad ha de ser de la humanidad entera y no hablo de un mundo utópico, ideal, irrealizable, de un mundo de cuento, no. Hablo de un mundo con dificultades, con problemas, con disgustos, con lágrimas y todo lo que el mundo y la vida conllevan, pero también hablo de un mundo que nos proporcione las herramientas para poder hacer frente a todas esas calamidades. A veces, la Naturaleza, nos sorprende con su ira y nos hace padecer y sufrir, incluso con la pérdida de seres queridos. Eso forma parte de la vida, al igual que debería formar parte de la vida, el poder hacer frente a esos infortunios con el apoyo, en todos los aspectos, de cuantos nos rodean.

En el mundo hay hambre, sed, miseria, enfermedades? y también hay recursos suficientes para que nada de todo eso existiera. Esa es otra manera de provocar violencia. ¿Cómo puede llamarse inteligente a quien permite que eso ocurra, teniendo los medios para evitarlo? Y no me refiero sólo a los dirigentes de las grandes potencias que nadan en la abundancia mientras mueren miles de niños a diario, también incluyo a las autoridades y personas que viviendo con los que mueren de hambre, no crean el ambiente propicio para que las ayudas inmediatas, así como los diferentes planes que conseguirían evitar las causas que provocan esa miseria, puedan llevarse a cabo.

El hombre es un ser racional, también es inteligente, pero me temo que al paso que vamos, no serán esas las cualidades a destacar, sino que se verán superadas por otras, que también son propias del ser humano, otras, como el odio, la avaricia, la envidia?

No pretendo decir que no hay hombre sabios, que los hay y muchos, pero se esconden, se apartan del mundanal ruido, sabiendo que no serán escuchados, el griterío de la ambición y el bullicio del ansia de poder, tapa los sentidos de los que tienen la responsabilidad de gobernar, de los que teniendo el poder nunca se sacian de él y lo utilizan para obtener más poder sin importarles el precio, que miran a la humanidad como fichas con las que jugar para conseguir sus ambiciones.

Dicen que la risa es otra de las cualidades que distinguen al hombre del resto de los animales. Pero ¿Para qué queremos esa capacidad, si no somos capaces de crear las condiciones para que esa risa pueda aflorar a nuestros labios sin que tengamos que avergonzarnos por ello?

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