OPINIóN
Actualizado 09/08/2014
Nunchi Prieto

En España no estamos acostumbrados a que los políticos dejen la cosa pública de mutuo propio, sino todo lo contrario, ya que en ocasiones, ni aún estando imputados en causas  judiciales, se van por aquello de que si lo hacen ?dicen- estarían aceptando que no han actuado de forma correcta.

A la ya materializada marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba, el que fuera líder de la oposición y secretario general del PSOE hasta la elección de Pedro Sánchez, se ha unido esta semana el abandono, incluido el de su escaño como parlamentario en el Congreso de los Diputados, del exsecretario de Estado de Seguridad y exministro del Interior, Antonio Camacho, hombre muy vinculado a Pérez Rubalcaba al que, por cierto, sustituyó al frente de la cartera de Interior aunque sólo fueran unos meses ?de julio a diciembre de 2011-.

Otra cosa bien distinta es la del diputado salmantino Jesús Caldera, perenne en esa plaza desde 1982 o lo que es lo mismo tres largas décadas en las que tenido la habilidad de estar siempre junto al poder en el PSOE, aunque esta formación política no ejerciera tareas en el Gobierno de España.

Pero ahora las cosas han cambiado y el bejarano, incluso antes de que las altas esferas socialistas cambiaran de rumbo y de caras, ya anunció en la primavera que lo dejaría al acabar la legislatura, visto que no había sido incluido para aspirar al cargo de europarlamentario en Bruselas.

No obstante de aquí a que se convoquen las elecciones generales ?queda algo más de un año, en principio- Caldera puede cambiar de opinión porque es poco imaginable verle ejercer como secretario de Administración Local donde tiene su plaza.

Mientras todo eso llega, la clase política disfruta de sus 'merecidas' vacaciones estivales exhausta de tanto trabajo y esfuerzo en transmitir a la opinión pública que la cosa mejora aunque los datos a pie de calle digan cosas distintas. Sin ir más lejos, el Instituto Nacional de Estadística acaba de hacer público que la creación de empresas ha bajado un 6,6 por ciento en Castilla y León en junio pasado, con respecto al mismo mes del año anterior y que se disolvieron 63 empresas en el conjunto de la comunidad.

 

 

 

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