En el mundo que vivimos cargado de preocupaciones y problemas, el que más y el que menos sufre de esa enfermedad.
Nos preocupamos por todo y por todos. Cualquier problema, por pequeño que sea puede producir en nosotros una gran preocupación.
Si el problema es grande incluso podemos llegar a enfermar.
Sin embargo la mayoría de las veces vivimos el problema antes de que suceda y generalmente cuando el acontecimiento llega, no se parece en nada a como lo estábamos viviendo o incluso no llegue a suceder.
Nos agobia el trabajo, o la falta de el, las facturas, el sueldo que no llega a fin de mes, la hipoteca, los hijos, los padres, las amistades los estudios propios o de los familiares, pero sobre todo la enfermedad. Esta es la preocupación con mayúsculas.
Ante este panorama sugiero una buena medicina, la ocupación. Cuando mantenemos nuestra mente ocupada y la enfocamos a pensamientos positivos, los problemas se relativizan.
Dividir los problemas es otra buena solución, compartirlos y repartir la carga, sobre todo la emocional, ayuda a sentirnos mejor y a vivir el momento presente sin obsesión por lo que vendrá o como sucederá.
Cada persona tiene que aprender a detectar cuales son los factores de preocupación más importantes en su vida y analizar como poder ponerle freno.
Los mayores ,que tienen la suerte de disfrutar mucho tiempo libre, en ocasiones sufren de preocupación excesiva y una de ellas quizá sea la soledad, por eso el proporcionarse momentos de ocio en compañía de personas afines, ayudará a llevar mejor la vida, como así mismo aportar a los más jóvenes su experiencia y vivencias haciendo que su autoestima se eleve.
En este tiempo vacacional otro de los grupos de riesgo son los niños, pueden caer en problemas de adición a las redes sociales como solución a las horas de aburrimiento. Programar bien el tiempo libre, pero sobre todo de manera constructiva, favoreciendo la comunicación, ayudará a desarrollar mucho mejor el aspecto social ten importante en el desarrollo de la personalidad.
La mayoría de los contenidos de mis libros, artículos y conferencias han surgido en mis largas horas de viaje por tren o en avión- Esto me ha ayudado a centrarme en el momento y llegar al destino más feliz y relajada con la impresión de haber realizado algo constructivo.
Invito a realizar pequeños ejercicios de cambio. Cada vez que llegue la preocupación a vuestra mente intentar ocupar vuestro tiempo, todos tenemos aficiones, lectura,, deporte, música, un café con los amigos o quizá una llamada a alguien que le alegremos el día