En "el tiempo" había gato encerrado. Aparece una señora (y sabemos que es señora porque dicen que su marido esta en el negocio), con el pelo azabache y peinado a la última luciendo modelitos en su pasarela particular y mantiene a la gente embobada, viendo mapas, fotografías de crepúsculos (que le envían sus fans), borrascas, rojos, amarillos, verdes, granizos como puños, paraguas, nubes y soles y otras minucias del clima. A este mirador provinciano le salía de ojo porque el tiempo era demasiado largo y para saber si iba a llover cuando cogiera el coche se pasaba a internet y en un momento me enteraba, aunque fuera menos bonito, claro. Los "hombres del tiempo" de antes eran más escuetos; y Mónica nos hace añorarlos. Y hasta a aquellos pastores que miraban al cielo y decían: "cielo empedrao a las cuarenta y ocho hora mojao", y cosas a sí; o a la gente del pueblo que cuando se revolcaban los pájaros sabían que el chaparrón estaba cerca. Pero concedamos que la ciencia del clima o climatología avanza y los del tiempo tienen muchos datos para anunciarnos qué "tiempo" vamos a tener. Pero lo que no se podía prever ni se le anuncia a los espectadores de TV es que detrás de ese tiempo demasiado largo, que pagamos los contribuyentes porque es una televisión pública, hubiera un negocio de Mónica y otros dos señores elegantes que también salen a decirnos si va a llover o no y en el que interviene además la parentela del trío. Por eso decía una noticia hace pocos días que TVE sanciona a Mónica con 20 días de sueldo por "abuso de confianza". No sé si el abuso es en relación a los directivos de la Televisión o a los espectadores. Cosas de la vida.