Se entiende como plagio la acción de copiar obras ajenas, entendiendo como obra cualquier producto intelectual en ciencias, letras o artes. Según la RAE, dicha obra ha de tener cierta importancia aunque, al entender de un servidor, plagio es copiar obras ajenas, sean importantes o no.
No hay duda de que todos los compositores bebemos de ciertas influencias que están siempre presentes en nuestra forma de hacer música, pero hay ciertos límites que no se deberían pasar si no se quiere terminar en los tribunales o en artículos como este.
Los plagios más sonados en el panorama español pueden ser: "La chica de ayer" de Nacha Pop, que suena a "La caza del bisonte" de Piero; "Toda la noche en la calle" de Amaral, que suena a "Rebel, Rebel" de David Bowie o "Marta tiene un marcapasos" de Hombres G, que suena a "At the zoo" de Simon & Garfunkel.
Yo, por el momento, voy a centrarme en tres para que podáis practicar un ejercicio de oído, son: "Lisa y Fran" de Revólver, que Antonio Orozco plagió como "Locura de Amor".
"Gangs of London" de Melendi y "Mi cenicienta" de Rulo y la Contrabanda.
"Lo que pasa es que me cuelgo" del Puchero del Hortelano y "El secreto de la tortuga" de Maldita Nerea.
No hay mucho más que comentar al respecto, el oído no falla.