A estas alturas del verano muchos proyectos que comenzaron hace tiempo se van terminando y no son pocos los que comienzan a preparar el próximo curso o la próxima temporada con nuevos y variados proyectos musicales. Los colegios valoran las mejores opciones para las actividades de música extraescolares, los bares y salas su agenda de conciertos de cara a la llegada de los estudiantes, las radios locales nuevos programas con atractivo para los antiguos y nuevos oyentes y las academias sus clases.
Sin embargo los músicos prácticos es, justamente ahora, cuando están viviendo la temporada de mayor trabajo. Conciertos, festivales, eventos que les dejarán exhaustos hasta bien entrado octubre. Ellos tomarán ese comienzo de curso como un tiempo de relajación y de encarar nuevos retos. Pensar nuevos temas, hacer grabaciones, horas y horas de ensayo, lanzamientos, promociones, entrevistas?
Es el momento de disfrutar para unos y de hacer disfrutar para otros y a pesar de todo, el trabajo de músico es un trabajo que aunque duro, es reconfortante. Se dice que los aplausos son el alimento espiritual de un artista, pero lo que es realmente gratificante, es ver como el trabajo sale adelante de forma favorable y, por supuesto, ese reconocimiento del público y de los compañeros.