OPINIóN
Actualizado 20/07/2014
Álvaro García Velázquez

"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurreción es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes."

¿Por qué la llaman Ley de Seguridad Ciudadana? ¿de qué, de quién y desde cuándo somos seres inseguros? ¿por qué la llaman así cuando en realidad es la Ley en Defensa de los Privilegios de la Oligarquía Plutócrata? ¿quién, como se formula en la película Watchmen, vigila a los vigilantes?.

 

El gobierno autoritario de pusilánimes de este país acaba de aprobar esta dichosa ley que supone un ataque frontal contra los derechos humanos y el principio de separación de poderes. El Gobierno no cree en la justicia, desconfía de los jueces que una vez tras otra les han dicho que sus propuestas son inconstitucionales, tienen mucho miedo y son capaces de todo. Saben perfectamente que una persona encarcelada por motivos políticos es mucho más fuerte y firme una vez puesta ya en libertad, pero en cambio, si a esa persona la sancionas económicamente hipotecándola de por vida la estás atando en corto y la tienes controlada. Por eso, lo que hacen con esta ley es transformar lo que eran sanciones penales o simplemente nada en sanciones administrativas, pasando el derecho de imposición del poder judicial a un poder derivado del poder ejecutivo, y además, ejerciendo un papel recaudatorio sobre los derechos de reunión, manifestación o de libertad de expresión.

 

Ante esto sólo cabe la desobediencia civil, porque como decía Gandhi: "Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer." O Emiliano Zapata: "Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el Gobierno." O como diría Oscar Wilde: "La desobediencia, a los ojos de cualquiera que haya leído la historia, es la virtud original del hombre. El progreso ha llegado por la desobediencia, por la desobediencia y la rebelión." Y es que si no fuera por personas desobedientes como Rosa Parks, Gandhi, Espartaco o M.L.King, por decir solamente cuatro, el mundo en el que vivimos sería mucho peor.

 

Pero sobre todo me quedo con el artículo 35 de la Declaración de los Derechos del Hombre de 1793: "Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurreción es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes."

Y ante los posibles ataques y difamaciones que puedo sufrir por estas palabras que escribo, lo único que tengo que decir es que el derecho de rebelión está amparado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pues eso.

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