OPINIóN
Actualizado 17/07/2014
Abel Sánchez

                        El PSOE acaba de elegir a su nuevo secretario general a través de un proceso intachablemente democrático, tanto en su desarrollo como en la participación de sus militantes. Cabe, por lo tanto, felicitar tanto a su nuevo secretario general como al propio partido que ha dado un paso tan importante en el proceso de democratización interna de sus estructuras.

   Ahora, una vez superada esta etapa, el partido que para muchas personas ha representado la opción política de la izquierda española (aunque para otros muchos, entre los que incluyo, hace tiempo que dejó de actuar como un partido de izquierdas) se encuentra en una encrucijada que puede determinar tanto su propio futuro como el de la propia sociedad.

   Cabe la posibilidad de que se conforme con lo hecho, considerando que basta con la elección directa de un líder que asuma todo el poder y decida la política de su partido, con la mayor o menor presión de los denominados "barones", y que se instale en lo "políticamente correcto" buscando recuperar el papel de alternancia con el PP en las instituciones, limitándose a proponer meras reformas dentro de un sistema que se pretende mantener en lo sustancial.

   El segundo camino de la encrucijada es mucho más exigente; si, como vienen manifestando muchos de sus militantes, quiere recuperar el carácter de partido de izquierdas y quiere confluir con el resto de la izquierda política y social, su cambio debe ser mucho más profundo. En primer lugar en su propio funcionamiento, la democracia interna no se colma por desarrollar procesos electorales, sino por la elaboración colectiva de las propuestas programáticas y de la actividad política. Después en sus planteamientos programáticos, la sociedad ya no acepta que un partido sea de izquierdas solo por autodenominarse así, sino que exige que se elabore una auténtica alternativa al actual sistema. Y finalmente en su relación con otras organizaciones y con la propia sociedad; se deben terminar las alianzas tácticas con la única finalidad de copar parcelas de poder, así como los intentos de fagocitar todo lo que se mueve a su alrededor, como fue durante muchos años el planteamiento de "la casa común"; la construcción de la alternativa debe ser un proceso de permanente confluencia de propuestas y de actuaciones, en un plano de igualdad y colaboración, y en el que la participación no solo sea un valor sino el propio fundamento de la acción política.

   El desarrollo del inminente congreso, las primeras decisiones de la nueva dirección y la respuesta de los militantes permitirán saber qué camino será el elegido. Les deseo acierto.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >¿Un nuevo PSOE?