Las exportaciones españolas de armamento continúan incluyendo países donde se han producido graves violaciones de derechos humanos como Arabia Saudí (donde el material vendido ha pasado de 14 millones de euros en 2011, a 21,3 millones en 2012), Israel (47
No es verdad que sea así, las exportaciones de armas españolas, a países de cualquier índole en su tipo de gobierno sean dictaduras o democracias con el único fin de exportar y sacar pingües beneficios destinados a determinadas castas políticas, se han realizado con todos los gobiernos que hemos tenido y lo han hecho como de tapado, sin que los ciudadanos tengamos plena conciencia de lo que se está haciendo.
Es verdad que está en los programas electorales, pero en la letra pequeña, ahí está la trampa y ya sabemos, nunca leemos le letra pequeña de cualquier contrato y así nos luce el pelo: nos escandalizamos con los tres jóvenes israelíes asesinados y nos echamos las manos a la cabeza cuando la respuesta israelí es del 100 x 1, es decir, tú me matas a uno y yo te mato a cien, sean niños, mujeres o cualquiera que pase por la calle, eso sólo tiene un nombre: ¡GENOCIDIO!
Debiéramos preguntarnos si alguno de esos niños ha sido, es o será acribillado con armas españolas, si fuese estaríamos pues ante un auténtico crimen de estado, por tanto los gobiernos españoles deberían pagar por ello y los que los apoyan con sus votos también, ya que no es de recibo que se vaya a votar como Pilatos, con la nariz o un ojo tapados. Los negocios de armas de los gobernantes españoles proporcionan, además de vómitos, dinero manchado de sangre inocente y ni Aznar, ni Zapatero, ni Rajoy, ni la corona, ni los fabricantes de armas españoles, están exentos de responsabilidades.Da asco todo esto, asco de que todos los días duerman a pata suelta protegidos por su aforamiento, asco porque no se habla en las campañas electorales de casi ningún partido y asco de que todo se cambie para que todo siga igual: unos forrándose y otros muriendo, porque los votantes no leen la letra pequeña de las papeletas que, por cierto, es de color rojo sangre.
Yo, Victorino García, desde esta pequeña tribuna acuso, emulando a Émile Zola, a todos los gobernantes de este país de ¡cómplices de asesinato!