A finales de los ochenta, y por necesidades de algunos colectivos, se habilitó esta pequeña casa en lo alto de Gran Capitán, llegando a la avenida de Salamanca. Durante un tiempo fue socorrido refugio vecinal con mucha actividad. Hoy en día desconocemos si sigue siendo útil o se ha abandonado a su suerte adosada a la tapia del cuartel General Arroquia, como sucede con el antiguo fielato junto a la plaza de toros.