OPINIóN
Actualizado 11/07/2014
Félix López

Nueve de cada diez homosexuales chinos se casan como heterosexuales. Es el resultado de la presión para no quedarse soltero y por el rechazo de la homosexualidad. Un convencionalismo convertido en casi una obligación social (el matrimonio) y la homofobia que hace la vida imposible a las personas que no son heterosexuales.
Mientras tanto, occidente guarda silencio. Esta permisividad con determinadas sociedades y culturas debiera ser intolerable; pero el poder económico de China hace que casi todo se les tolere. En occidente se nos llena la boca con los discursos sobre los derechos humano cuando sirven a nuestros intereses comerciales, pero se silencian si nuestras exportaciones se ven amenazadas. Estamos en una sociedad en la que los valores tienen que ser compatibles con el mercado, lo demás es retórica.

Deberíamos defender el derecho individual a tener una biografía sexual y amorosa homosexual, con libertad para casarse o permanecer solteros y a casarse sea cual sea  la orientación del deseo. Somos diversos y toda diversidad saludable enriquece a los pueblos que la aceptan. Favorecer que las personas puedan vivir como son, desarrollar, en este caso, su orientación sexual, aceptando de buen grado que resuelvan sus necesidades de contacto y vinculación con quien deseen. Las personas homosexuales sin iguales a las heterosexual, solo se diferencian el orientación sexual de su deseo homosexual o bisexual, pero tienen las mismas necesidades sexuales y amorosas.

No se puede respetar una cultura y una sociedad cuando sus leyes y tradiciones impiden a las personas ser como son, vivir como desean. Las personas homosexuales tienen el derecho a poder amar y ser amados, a gozar de la sexualidad  desde su diversidad.

Muchos países africanos, asiáticos y Latino americanos rechazan y persiguen de una forma u otra a esta diversidad.. Prejuicios ancestrales y religiones, la católica entre otras, siguen ancladas en idea de que la actividad sexual solo es legítima en el matrimonio heterosexual. ¿Cuándo van a abandonar esta postura y pedir perdón? ¿Tendremos que esperar más siglos aún?

Hacer la guerra en nombre de Dios y perseguir a las personas por el hecho de ser homosexuales es tomar el nombre de Dios en vano,  algo que, al menos cuando yo era monaguillo, me decían que era muy grave. Pues eso hacen todas las religiones homofóbicas , ¿hasta cuando?

 

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