Un acto execrable, brutal, condenable y monstruoso ha sido el secuestro y muerte a tiros de los jóvenes judíos Eyal Yifrah, de 19 años, Gilad Shaar y Naftali Frankel, estos últimos de 16 años, el 12 de junio cuando regresaban de un seminario judío. La muerte solo está en manos de Dios y no corresponde a los hombres administrar Su justicia. El derecho a la vida debe pasar por la obligación de todas las personas de someterse a este principio fundamental, pues el acto último de la vida es irreparable y no nos corresponde a nosotros determinar su momento.
Pero igual de execrable, brutal, condenable y monstruoso es que Israel administre su propia "justicia" y condene a todo un pueblo a bombardeos selectivos en los que mueren muchas personas inocentes. Israel tiene el derecho a perseguir, buscar, juzgar y castigar a los culpables, pero jamás debería tomarse su propia revancha contra un pueblo inocente y desarmado, en otro caso estaría realizando la misma brutalidad que los nazis hicieron con el pueblo judío. Jamás un pueblo, en su colectividad, puede ser responsable de los actos de algunos de sus individuos, y ello aún cuando este pueblo pudiera proporcionar cierta cobertura a determinados terroristas, de otro modo estaríamos justificando un bombardeo al pueblo vasco por el mero hecho de existir ETA en su territorio y por tener una determinada cobertura entre parte de la población. Por otra parte, también algunos de los ciudadanos israelíes cometen barbaridades, como la muerte, parece que quemado vivo, de un palestino secuestrado como revancha a los sucesos anteriores; y la enorme paliza a un joven indefenso por el ejército israelí, y no por ello condenaremos a todo el pueblo de Israel.
Israel "no tiene derecho" a administrar "la culpabilidad colectiva, como si la II Guerra Mundial no hubiera enseñado nada" en palabras de Baremboim. La administración de la culpabilidad colectiva la emplean algunos países abusando de la enorme diferencia de fuerza que poseen, sobre otros más débiles a los que culpabilizan de que en su territorio obtengan cobijo determinados grupos terroristas que actúan en su pais. Y vuelvo nuevamente a recordar la situación de Francia cuando daba cobijo a ETA; claro que Francia no es Palestina ni España es Israel.
Necesitamos la paz en Oriente Próximo, son demasiados años de guerra indeterminada.