OPINIóN
Actualizado 08/07/2014
José Javier Muñoz

      Cuentan las crónicas que hace años un toro semental y una vaca murieron electrocutados mientras se apareaban en una finca salmantina de ganado bravo. El morlaco rozó con sus pitones un cable de alta tensión que colgaba de un poste. Como a los artistas vocacionales, le llegó su hora en plena representación. Si es verdad que los animales tienen alma, estará pavoneándose de aquel mutis en el más allá mientras su pareja cuenta a sus congéneres las vacas celestiales cómo fue la descarga eléctrica que les hizo pasar a mejor vida, que ya es decir lo de mejor vida...    

      En un encierro de estos Sanfermines saldrá un descendiente de aquel toro, un soberbio ejemplar negro zaino y astifino de casi seiscientos kilos. No tiene forma de saber cómo terminó su antepasado el semental, pero por su genes circula una tensión particular, un hormigueo que le hace presentir que su futuro será brillante. Así que, atención corredores, cuidadito con azuzarle con el periódico en el morro porque lo suyo no es babear sobre un ejemplar atrasado sino aparecer en un titular a toda portada en la siguiente edición.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Un morlaco poco común