Joven, Gimeno, Villaplana, Yayo, Gacía, Nico? Así hasta once con el pequeño extremo Nano. Es que me sé todavía el equipo de la Unión Deportiva Salamanca de aquellos años cuarenta (del siglo XX), cuando jugaban en el campo del Calvario en el camino del cementerio. Era bonito el fútbol. Y luego vi jugar a Venancio y Zarra, que metió aquel gol de cabeza desde medio campo. Y después a Garrincha y Pelé. elegante jugando, Y a Gento y Diestéfano Y hasta me acuerdo de Campos jugador del Atlético de Aviación, que luego fue el Atlético de Madrid. Y cómo narraba los partidos Eduardo Teus, casi en la prehistoria del fútbol. Y después, claro, Matias Prast. Yo entonces ponía los cromos en platillos, tapones de botella de cerveza, pegados con cera. Jugaba con el Oviedo, que tenía un jugador, Antón, que llevaba gorra negra. Entonces muchos porteros también llevaban gorra de visera. Y teníamos posters de los grandes, que venían con el Marca. Y mi amigo Miguel el panadero tenía llenas las paredes del cernidero del horno de su padre, donde comprábamos el pan, con los más importantes jugadores. Me acuerdo de Trias, el portero creo que era del Coruña, y de Bienzobas. Y yo también jugué alguna vez en el Calvario. Jugábamos al fútbol en los colegios y escuchábamos los partidos por la radio. Entonces el fútbol era un deporte. Después el deporte se convirtió en negocio. Y desapareció aquella regla de solo uno contra uno. Y ahora lo importante es dar la patada, vaya al balón o al tobillo del adversario, que se está convirtiendo en enemigo. Y es que detrás del tobillo hay muchos millones. Y me han dicho que últimamente en las canchas de fútbol ha aparecido el mordisco. Y hay un futbolista llamado Suárez que es especialista en mordiscos.