OPINIóN
Actualizado 27/06/2014
Manuel Rodríguez Fraile

Estos últimos días han sido fructíferos en acontecimientos informativos de gran relevancia. Considerando el tiempo que se les ha dedicado en los medios de comunicación tanto nacional como internacional, los más importantes parecen ser los relacionados con sendos tronos y ambos casi coincidentes en el tiempo.

Por un lado, Don Juan Carlos I abdicó en favor de su hijo, que ya ocupa el trono de nuestro país como Felipe VI, por otro nuestra selección ? La Roja - cedió su trono mundial de forma, digamos, poco digna tras su efímera y decepcionante presencia en Brasil, llegando a casa por la "puerta de atrás" y dando plantón a los aficionado que fueron a recibirles para mostrarles su apoyo en este duro trance. Dicen que en el último partido ante Australia derrocharon ganas y orgullo para finalizar con dignidad, pero eso no es excusa ya que de esas virtudes debieron hacer gala en los dos enfrentamientos anteriores.

El otro gran bloque informativo, a esto estamos más acostumbrados, tiene que ver con jueces y delitos. El duelo entre la juez Mercedes Alaya y la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) Magdalena Álvarez sobre la legalidad del mecanismo para financiar los ERE en Andalucía parece no tener fin. La imputación de Cristina de Borbón por delito fiscal y blanqueo de capitales es confirmada por el juez Castro, lo que coloca a nuestro recién estrenado monarca en una difícil situación. Y es que parece que los tronos cada vez se legitimas menos sólo por herencia, hay que acreditar ser merecedores a ellos.

Los papeles y los dineros de Luis Bárcenas continúan dando mucho que hablar y cada vez son más los que se relacionan con sus presuntos turbios manejos. Ahora le ha tocado el turno a José María Ruiz Mateos ya que según un fiscal de Ginebra es el titular de las seis cuentas en el Dresdner Bank, en las que acumuló una parte de sus fondos el extesorero del Partido Popular.

Por último una polémica ley de aforamiento para el padre del nuevo Rey redactado y tramitado con excesiva urgencia y un, no menos polémico, anteproyecto de ley de reforma fiscal - algunos dicen que sólo de recorte fiscal con fines electoralistas - que promete dejar más recursos en los bolsillos de los sufridos contribuyentes y que, al menos yo, no termino de comprender bien.

Y en medio de este torbellino informativo el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) hace público su informe 2013, cuyo primer párrafo dice textualmente: Mientras seguía extendiéndose la crisis siria, millones de personas millones de personas fueron desplazadas forzosamente en otras partes del mundo, sobre todo en la República Democrática del Congo, Centroafricana, Malí y la zona fronteriza entre Sudán del Sur y Sudán. Se calculaba que al finalizar 2013, 51,2 millones de personas de todo el mundo se encontraban desplazadas forzosamente debido a la persecución, los conflictos, la violencia generalizada y las violaciones de derechos humanos. Y continúa destacando que los niveles registrados son los más altos desde al menos 1989, el primer año en que hubo estadísticas detalladas.

Escandalosas cifras las que contiene el informe, cifras para sentirse mucho más avergonzados que con la eliminación de nuestra selección en un mundial de fútbol, pero a las que se presta escasa atención porque resultan hirientes. No obstante, yo les recomiendo que lean el documento porque es, sin ninguna duda, una reflejo de la situación que vive nuestro mundo, en el que millones de personas, con rostros, con nombre y con vidas, se ven obligadas a abandonar todo, a huir sólo con lo puesto. Si las tertulias televisivas y radiofónicas dedicaran tanto tiempo a difundir y comentar este tipo de informes, como el que han dedicado a consolar a nuestro jugadores y analizar sus derrotas o a desmenuzar los miles de folios que argumentan la imputación de Cristina de Borbón, hubiéramos aprendido menos terminología legal, pero sin duda seríamos más conscientes de nuestras responsabilidades para con el resto de los seres humanos que habitamos este lugar al que llamamos Tierra, en el que unos viven y otros se ven obligados a sobrevivir día a día. Por esto, creo que a todos nos vendría bien tener siempre presente las palabras de Mahatma Gandhi: En la actualidad la gente sólo se preocupa por sus derechos. Recordarle que también tiene deberes y responsabilidades es un acto de valor que no corresponde exclusivamente a los políticos.

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