Los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas hallaron el primer cadáver a las 11:35 horas y el segundo, el cuerpo de la mujer, diez minutos más tarde
Los peores presagios se confirmaron y a media mañana del miércoles fueron hallados en el reculaje de la presa de Irueña los cuerpos sin vida del matrimonio de Robleda del que no se tenían noticias desde la tarde del lunes.
La pareja, de unos 70 años de edad, fue vista por última vez -montada en su vehículo- en torno a las 18.00 horas del lunes. La voz de alarma por su desaparición no se dio hasta el mediodía del martes, cuando se les echó en falta en la misa de las fiestas en honor al patrón de Robleda, San Juan, motivo por el cual la pareja (cuya residencia principal estaba en Valladolid), llevaba desde la semana pasada en la localidad.
Tras no dar con ellos en su domicilio y al no obtener respuesta al llamarles al teléfono móvil, la familia presentó la correspondiente denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil de Ciudad Rodrigo, iniciándose a partir de ese momento una búsqueda en la que colaboraron los numerosos vecinos que estaban en Robleda con motivo de las fiestas.
Entre los equipos de emergencia que tomaron parte en la búsqueda estuvo un helicóptero, que focalizó su intervención en el reculaje de la presa de Irueña, después de descubrirse unas roderas y señales de un frenazo en una pista forestal que acaba en el citado reculaje, lo que hacía pensar que el vehículo había caído al interior del agua. Esa pista tiene una curva, tras la cual se inicia una pronunciada pendiente hacia el agua.
Las operaciones de búsqueda se suspendieron a las 8 de la tarde del martes, reanudándose el miércoles con la atención ya focalizada en el reculaje de Irueña. De esta forma, a primera hora de la mañana se puso en marcha en Valladolid el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, llegando al lugar del suceso a las 10.25 horas. Justo tras ellos llegaron los equipos subacuáticos de los Bomberos Voluntarios de Ciudad Rodrigo, a los que no se dio aviso en la tarde del martes.
Tras unos minutos de preparación, dos miembros del GEAS se sumergieron en el agua sobre las 11.10 horas, iniciando una búsqueda que apenas duró unos minutos, ya que rápidamente se confirmaron los peores presagios, localizando el vehículo dentro del agua.
Para los vecinos de Robleda y para los medios de comunicación que estaban siguiendo la operación desde diversos puntos (hubo personas incluso en mitad de la ladera que conduce al reculaje), la señal de que se había encontrado el vehículo fue la preparación de las sábanas para envolver los cadáveres.
A las 11.35 horas, los miembros del GEAS procedieron a sacar el primero de ellos, mientras que cinco minutos después sacaron el segundo, siendo colocados ambos junto al agua a la espera de la llegada del juez para proceder al levantamiento de los cuerpos.
Según apuntaron en la mañana del miércoles varios vecinos de la zona, entre ellos el alcalde de Robleda, José Luis Varas, la pista forestal desde la cual el vehículo se precipitó al agua tenía un tronco cruzado como señal de que no se podía llegar hasta el final.
Por las huellas dejadas, el tronco habría sido rozado por el vehículo, que habría bajado la cuesta principalmente por la cuneta y dando pequeños saltos, como si el conductor hubiera perdido el control del mismo por algún fallo mecánico o por algún problema de salud, opciones que barajan los vecinos como causantes del desgraciado accidente que ha acabado con la vida del matrimonio.