"Cuando quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo." (Paulo Coelho)
Estimados asesores, quiero hacerles llegar mi agradecimiento por haberse dado a conocer hoy en el claustro. Me han quitado un peso de encima. He pasado unos días muy preocupado porque en la pasada sesión de evaluación de Primero de Educación Secundaria Obligatoria, había dos personas que no conocía; ¡Ustedes!
Mi discreción me impidió indagar e interrogar a mis compañeros más próximos, no quería molestar ni dar la imagen de ignorante y despreocupado por los asuntos de la Educación. He de reconocer que ustedes no desentonaban del resto; estuvieron callados, pusieron caras interesantes y movieron continuamente unos papeles para dar la sensación de ocupados. Yo supuse que serían unos infiltrados de la Junta, o de la Dirección Provincial de Educación, o del Episcopado, o de la AMPA, o del mismísimo ministerio. Incluso llegué a pensar si no serían unos espontáneos que al ver entrar a tanta gente se sumaron a la cola, a fin de cuentas es sabido que "a donde va Vicente va la gente".
Sepan que mi curiosidad estuvo toda la sesión de evaluación repasando las caras y los destinos de los profesionales integrantes de la susodicha sesión, y tomé nota de la asistencia de dos profesores de Ciencias Sociales, dos profesores de CLYM (Conocimiento de Lenguaje y Matemáticas), un profesor de Compensatoria, un profesor de Pedagogía Terapéutica, un profesor de Servicios a la Comunidad, un profesor de Lengua Española, un profesor de Lengua Inglesa, un profesor de Matemáticas, dos profesores de Tecnología, el Orientador, un Jefe de Estudios, un profesor de Ciencias Naturales, un profesor de Educación Física, un profesor de Música, un profesor de Religión Católica, un profesor de la Iglesia Evangélica, un profesor de Religión Islámica, un profesor del PROA (Programa de Refuerzo), un profesor del PROA (Trabajador Social), un profesor de Educación Plástica, un profesor de Historia de las Culturas y de las Religiones, un profesor del Éxito Escolar? y ustedes dos.
Me tranquilizó que al finalizar la sesión evaluativa, los resultados fuesen los de siempre; de la clase desdoblada en algunas áreas y con veintitrés alumnos evaluados, sólo aprobaron todas las asignaturas ocho. "Al menos no nos han desconcentrado" ?deduje con cierto consuelo cuando el Jefe de Estudios resumió la estadística. Podíamos irnos en paz, seguíamos en nuestras marcas a pesar de los extraños.