Algunos tildan de hecatombe la derrota de nuestra selección en el mundial y no van desencaminados.
Más allá del puro espectáculo o el sentimiento deportivo, el temprano adiós de La Roja en Brasil, ha supuesto un mazazo enorme para nuestra maltrecha economía. Miles de millones de euros se han esfumado, de repente, de muchas empresas que ya se frotaban las manos con los opíparos beneficios.
Como ejemplo, podría hablar de la bajada de un 5% que ha sufrido Mediaset (no sé cómo se las ingeniarán ahora para captar la atención del público para que sigan el mundial) o de la patética publicidad de alguna compañía eléctrica que ha tardado en retirar, y decía algo así como: "Impulsora de La Roja"? como no sea de alguna persona del equipo de Pablito Iglesias.
Pero no solo podemos quedarnos con el menoscabo de las "Súper-empresas", mi corazón se parte al ver miles de negocios, sobre todo de hostelería, que habiendo invertido el poco dinero que les quedaba en atraer hasta sus locales a fervorosos hinchas, ven como todo su gasto se va por el retrete junto con su ilusión.
No cabe duda señores que, por lo menos en Salamanca, este verano va a ser muy largo y duro para algunos empresarios.
Para estos héroes, les brindo unas palabras de aliento que dice siempre mi amigo Juanjo Martín: "No importa que la lluvia caiga despiadadamente", estoy convencido de que saldréis de esta (si os dejan los de arriba), y mañana será otro día.