OPINIóN
Actualizado 20/06/2014
Carmen Pazos

Últimamente por trabajo me toca viajar mucho, otras ciudades, provincias, comunidades incluso?

Tienes una cita para una reunión, llevas preparada la documentación, digital y en papel, todas las baterías cargadas, todo listo?te has puesto tus mejores galas, te has peinado e incluso te has pintado un poco "el ojo".

Todo listo, todo preparado, aclaras la garganta, te miras al espejo y dices "venga, tu puedes", es la hora de los valientes, y puedes hacerlo, tienes el objetivo claro y solo te queda sacar lo mejor de ti para conseguir el triunfo.

Sin embargo has de parar en toda esa euforia. Tu coche también necesita comer aunque no lo creas, tienes que ponerle gasolina porque si no llegar a la meta se hará en grúa, y tu no llevas pocas cosas como para llegar en grúa?visualizas una gasolinera, ahí está, pon el intermitente que este percance no te va a frenar.

Entrar en una gasolinera "autoservicio" da miedo, solo ver el cartel se le pone a uno la piel de gallina? ¿Llegará la manguera? ¿Cómo funciona esto de marcar el importe? ¿Puedo fiarme de que pare de echar cuando llegue al tope?

Suelo ponerme el guante, mirar distante a ver como se abre el depósito y tranquilamente tomar la manguera con la otra mano, si, esa que no tiene el guante.

¿Resultado?

Pongo solo un poco de gasolina, peor para ellos, se han perdido el que llene mi deposito, pero como no me fio del funcionamiento de su aparato, no pienso arriesgarme. Termino con la mano que uso para poner la gasolina oliendo fatal, y la otra mano sudada por el plástico inútil y sin servicio. Las últimas gotas de gasolina han caído en mis zapatos. Sin querer me toco la ropa con la mano útil, no sea que con el guante que no he usado se me manche la ropa.

Entro malhumorada a pagar, no olvido como el cobrador ha estado mirando toda la operación desde su pecera y no ha sido capaz de ayudar, pese a que no hay un alma en toda la estación (seguramente por temor a ser despedido pues su trabajo es bien claro).

Me marcho, me marcho maldiciendo el momento en el que entré en esa estación de servicio, y cuando noto los pitidos de la gente miro por el retrovisor, veo que me he dejado el depósito abierto, fruto del cabreo mezclado con la falta de costumbre.

Odio las gasolineras autoservicio, me cobran lo mismo que otras en las que amablemente el personal no solo te pone gasolina, si no que a veces te limpia la luna y además te da conversación?.no dejo más dinero que el necesario para salir del paso, no me da la gana, e invito a todo el mundo a que no lo haga.

En un momento como el que vivimos en el que el desempleo es altísimo, no veo normal que este tipo de establecimientos funcione sin servicio ni personal pero que ganen lo mismo.

Desde aquí solicito al estado, que regule esto, que cada uno haga lo que quiera, pero que tengan obligación legal de que de forma visible antes de entrar, los conductores sepamos si es autoservicio o no, para poder decidir. Nada de mini cartelitos, que se vea bien desde la autovía., no es una forma de acabar con el desempleo, pero algún puesto crearía el sector si la gente no entra en este tipo de estaciones de servicio, ya se cuidarían los dueños de ofrecer lo mismo que el de al lado ve sus ventar mermar?.

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