Yo estos días no paro de asombrarme con los comentarios y los comentaristas de las redes sociales y de algunos periódicos digitales. Parecería, al leer determinados artículos que la monarquía española y el todavía rey Juan Carlos I fueran los grandes responsables de los problemas económicos y sociales que afectan a España y a otros países de Europa.
Si no hubiera una monarquía y tuviéramos una república no habría corrupción política y económica, no existirían los recortes, no tendríamos problemas con los nacionalistas catalanes y habría " una democracia de verdad, al servicio del pueblo" porque "lo que tenemos ahora es un régimen continuador del franquismo". En el colmo de los despropósitos, sesudos articulistas de un conocido medio digital hablan incluso de una dictadura porque se desalojan centros okupados, porque se prohíben actos a favor de ETA, porque la Justicia sanciona a manifestantes que amenazaron y agredieron a diputados catalanes en su función de representantes del pueblo.
El tono de agresividad de algunos es muy preocupante porque no aceptan que muchos españoles como Julio Anguita "dixit" consideremos que" las concentraciones a favor de la república son interesantes, pero pintorescas".
Hace un mes la mayoría de los ciudadanos no se preocupaban del terrible Dilema: Monarquía o República, únicamente pequeños grupos de izquierda hacían su campaña por la tercera república.
Sin embargo, se anuncia la abdicación, que no dimisión del rey, y se organiza una campaña, casi histérica en las calles y en las redes sociales para intentar demostrar la maldad intrínseca de la monarquía y sobre todo su ilegitimidad al provenir del franquismo. El lenguaje en las redes sociales y en medios digitales es tan crudo y soez que al discrepante se le acusa inmediatamente de franquista.
Pero hay que atacar las falsedades con verdades, la monarquía se legitima con una constitución que fue votada por el 78% del censo electoral, por lo que es tan legítima como la república de 1931.
En segundo lugar, a lo largo de 39 años el rey ha cumplido extraordinariamente bien las funciones asignadas a la Jefatura del Estado en nuestra democracia parlamentaria, donde el rey reina, pero no gobierna, exactamente igual que el presidente de la república alemana que tampoco tiene funciones ejecutivas. El hecho de cometer diversos errores a lo largo de los años no invalida de un plumazo su trabajo y esfuerzo a lo largo de 39 años.
En tercer lugar, la monarquía no constituye un problema principal para los españoles como índica el barómetro del CIS que señala como problema principal el paro y con 0,23% del total de preocupación la monarquía. Entonces, si estos son los hechos, ¿a quién beneficia esa histeria republicana que nos asola?.