OPINIóN
Actualizado 17/06/2014
Cipriano Pablos

Después de cuarenta años de dictadura, faltos de libertades y derechos, nos llegó la democracia, que nos fue siempre presentada por su lado más complaciente: los derechos. Teníamos derecho a todo. ¡ Qué bien!  Pero la democracia bien entendida es, además de complaciente, muy exigente: tiene obligaciones, tantas como derechos, por lo menos. Y en el terreno de las obligaciones los políticos no han ido nunca de cara: eso no vende, no da votos. Y hoy, con otros casi cuarenta años de democracia, no llegamos al aprobado.

  Los primeros que no aprueban son los políticos, que son los que han dotado a esta débil democracia de unas tragaderas más que preocupantes.  Sectores importantes de la sociedad están derivando hacia posiciones anarquistas, que no pueden justificarse por el descontento que nos producen los hechos y omisiones de quienes deberían ser valedores y veladores de la democracia.   Si uno de los pilares de la democracia es la independencia  que debe existir entre los poderes legislativo y judicial y son, en realidad, una comparsa, que legisla y hace justicia  " ad hoc",  poco podemos esperar.

 En una sociedad democrática nadie puede actuar a su capricho. Será legítimo exigir todo lo que se crea oportuno, pero hay que exigirlo por medio de la palabra, con razonamientos, con fundamento y no por la via de los hechos consumados.

Uno se pregunta hasta dónde  este gobierno ( o lo que sea ) va a dejar llegar a Cataluña en su propósito independentista. Poco a poco llevan años preparando el terreno, les queda, poco menos, que poner los "fielatos" con Aragón y Valencia.  Mofarse de España, incumplir la constitución y llevarse la pasta que pueden, eso lo hacen de maravilla. Y aquí nadie tiene que tomar decisiones, por lo que se ve.  Si hay razones históricas para la independencia, que se la den ya. Si no las hay, que les paren los pies. O es que van a esperar a que lo tengan todo preparado para decirles que no puede ser. Si los preparativos fueran gratis para España, bueno, pero nos cuestan una pasta. Se incumple la constitución en multitud de casos, no se cumplen sentencias del supremo y el gobierno y los jueces mirando para otro lado. Pero esto qué es. Si el Sr. Mas juega fuerte, échele un órdago, Sr. Rajoy, pero no siga Vd  en "panfilolandia". 

Los movimientos populistas que "okupan" lo que no les pertenece, la violencia con la que se manifiestan, la falta de respeto a las pertenencias que son de todos o de particulares, no puede permitirse, por más que se invoque el derecho a manifestarse, a expresarse? ¿Los derechos de esta gente están por encima de los derechos de los demás? Esta gente no tiene obligaciones que cumplir: respeto a las ideas, a las creencias, a la propiedad de otros??  Qué delicaditos somos para acotar determinados derechos y qué tolerantes con los infractores. La democracia cojea por los excesos, no por las carencias. Y todo tiene un límite, para poder vivir civilizadamente en sociedad.   Garanticen los derechos, por supuesto, pero exijan cumplimiento de obligaciones. Y no tengan miedo a marcar límites. O vamos a la anarquía.

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