Que la sociedad española está convulsionada en los últimos días a nadie se le escapa. Demasiados acontecimientos en tan poco espacio de tiempo no han dado casi tiempo a reaccionar. Da la sensación como si situaciones ocurridas hace escasos días se hubieran producido hace casi un mes. La cosa, desde luego, no está para aburrirse, aunque menos mal ?es cuestión de higiene mental- que la memoria histórica no suele ser una virtud muy extendida entre los ciudadanos.
Cuando aún no nos habíamos recuperado de los resultados de las urnas del 25-M va y se produce una crisis en toda regla en el seno del PSOE, evidente por otra parte, dado el sonado descalabro electoral. Pero si sonada ha sido esa pérdida de votos no lo es menos el espectáculo que los socialistas han dado y siguen haciéndolo dado que la herida no está ni medio cicatrizada en Castilla y León. ¡Y luego se quejarán del granero de votos que tiene el PP en esta comunidad autónoma!, pero no es para menos.
Pero por si fuera poco, va el Rey y decide dejar paso al Príncipe. La situación, que les ha pillado fuera de juego, les tiene a todos tan ocupados que ya no se ha vuelto a hablar de Europa, ni de la constitución de los órganos de la UE tras los recientes comicios.
Aquí en Salamanca mientras estamos pendientes de ese Festival Internacional de las Artes de Castilla y León que, en su décima edición, aspira, en palabras de la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, a devolver el protagonismo a los espacios abiertos, buscando la interacción con los espectadores y acercándose a nuevos perfiles de públicos. Pues, si tiene que ser, que así sea.