Cómo si se tratara de un partido de baloncesto, en el primer cuarto de los cuatro que hay que disputar, parece que el susto, serio susto, a algunos se le ha metido en el cuerpo. Primer cuarto han sido las europeas, y los tres restantes? municipales, autonómicas y generales.
Reconozco que hacía mucho tiempo que no leía con tanto interés los titulares de la prensa, de cualquier tendencia, las opiniones, los análisis y las conclusiones de los avezados periodistas que, en algún caso parece que todo lo sabían.
Cuantas declaraciones y exclamaciones de alegría, de resignación, de triunfalismo, de decepción, de fracaso y de incertidumbre ante lo que nos espera.
Da gusto ver como se tambalean los cimientos de los poderosos y hasta ahora, considerados intocables del bipartidismo. Se siente satisfacción al ver como se alegran, se sorprenden y apenas se creen los resultados, los que han conseguido bastante más de lo que esperaban.
Y la abstención no ha sido tanta aunque la suficiente para ir acompañada de la cura de humildad que han recibido quienes pensaban que tampoco podían ir tan mal cosas.
Y como hemos pasado de ese gran pacto de coalición entre los dos que se reparten el poder a comenzar a hablar de grandes coaliciones en la izquierda para sumar, para engrandecerse, para alcanzar y acariciar las mieles del tan deseado gobierno, al que algunos, con excesivo optimismo, ahora esperan alcanzar.
Y los nacionalistas, como han sufrido los grandes bloques catalanes y vascos el arañazo feroz de la ideología más extrema, ellos también están recibiendo el susto y el empujón de los que vienen por detrás.
Nos queda esperar, los que podemos ver toda esta guerra sin conflicto ideológico ni de poder, como aguantaran estos meses los que ansían que se celebren cuanto antes otros comicios para refrendar su triunfo y como los perdedores o menos ganadores, piden tiempo para recomponerse, piden aire para calmar el ahogo del disgusto, entre congresos extraordinarios y tiempo suficiente para que el nuevo gobierno europeo les de tregua para recomponer y rearmar las propuestas que deberán defender a medio plazo en los ayuntamientos, comunidades autónomas y gobierno estatal.
Veremos a ver en estos meses, como la gran naranja popular intenta recoger los gajos que se le han ido cayendo por sus discrepancias internas. Podemos estar muy atentos a ver como la oposición recompone sus filas, sus caras, sus líderes. Y que nadie se pierda el entretenido juego que nos van a ofrecer los "grandes triunfadores" de la izquierda, intentando unirse para sumar fuerza y no se pondrán de acuerdo en quien los lidere, como los que han nacido de los movimientos asamblearios de la calle, ahora ya conforman estatutos y eligen esos órganos de dirección de partido que tanto han criticado en los demás.
Nos esperan meses entretenidos y duros, teñidos de gobierno conservador en Europa, que no dudará en seguir apretando la soga que nos ahoga y arrastrándonos por el fondo a donde nos han llevado.