La normativa electoral recoge que hoy es el día de reflexión por aquello de que mañana los ciudadanos españoles estamos llamados a depositar nuestro voto en las urnas para elegir a los eurodiputados que nos representarán durante los próximos cinco en el Parlamento Europeo.
El esfuerzo de los partidos en llamar a las urnas al electorado no parece ?ojalá no sea así- que vaya a tener el resultado esperado a juzgar por las estimaciones realizadas en los últimos días que hablan de una participación de entre el 40 y el 43 por ciento o lo que es lo mismo de entre el 60 y el 57 por ciento de abstención, a la que ayer el secretario general del PSOE en Castilla y León, Julio Villarrubia, no dudó en atribuir al desafecto ciudadano a la clase política del que responsabilizó al Gobierno del PP.
Sea o no como dice el dirigente socialista, lo cierto es que los ciudadanos desconfían, en general, de la clase política, simplemente ?qué no es poco- porque se sienten engañados y ninguneados. Invierten energías en desprestigiar a los que no piensan de igual manera en vez de favorecer al conjunto de los españoles con medidas que hagan más sencillo ver la luz al final del túnel, ésa que 'algunos' dicen que ya la empiezan a distinguir, ¿pero dónde? se pregunta el currito de a pie.
Al final, mañana por la noche se seguirá festejando el triunfo del Real Madrid o del Atlético de Madrid en Lisboa, por el que algunos negocios españoles habrán hecho caja que, por cierto, bienvenida sea, y sólo algunos sabrán si el Parlamento europeo seguirá en las mismas manos o habrá cambiado de tendencia. C'est la vie.