El tiempo sigue loco, lo mismo te sale el sol al mediodía y te cueces que cae el diluvio universal 3 horas después. Por eso, hay prendas como el chaleco, del que os hablé la semana pasada, y el kimono, del que os voy a hablar esta, que se vuelven imprescindibles estos días. Por regla general, los kimonos son de seda o tejidos similares por lo que abrigar, no abrigan mucho pero sí cubren y eso, en este tiempo, se agradece.
Esta temporada se están viendo en su versión monocromática pero la mejor opción, la que nunca pasa de moda es la oriental. La verdad es que los aires asiáticos nunca me han atraído en cuanto a estilo se refiere pero tratándose de una prenda tan sagrada como el kimono, no rendirse a los pájaros, plantas y flores es un pecado.
Obviamente, a Oriente hay que respetarlo y con que te pongas el kimono ya es suficiente homenaje a la cultura del sol naciente. Con esto quiero deciros que no suméis más elementos del estilo oriental a vuestro look si queréis tener un buen resultado.
En mi opinión, para que un kimono luzca de verdad lo mejor es combinarlo con prendas que contrasten. Por ejemplo: shorts de guipur, jeans o botas camperas. Los kimonos admiten todo tipo de estilos menos el que incluya deportivas; las sneakers están totalmente prohibidas.
Un consejo: para que el kimono sea el protagonista absoluto del outfit, optad por prendas monocromáticas y huid de estampados llamativos o en colores flúor.
Os dejo varios ejemplos de cómo sacarle todo el partido posible a esta delicada prenda.
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