Primero me lo presentaron en el amplio y cómodo centro cultural de la aldea de Meghar, el día que comenzaba el XV Festival Nisan Internacional de Poesía que coordina el poeta Naim Araidi, el lunes 28 de abril. Estábamos en las montañas de Galilea, prestos a leer nuestras creaciones en un encuentro de muchas lenguas, siendo el hebreo y el árabe las principales. Pero también el inglés y las traducciones de otros idiomas a las dos lenguas oficiales de Israel.
Quien me traducía era Margalit Matitiahu (Tel Aviv, 1935), la más importante poeta en lengua judeo-española. Fue ella quien me acerco donde estaba Haim Naghib, presidente de la Unión General de Escritores de Israel, el cual estaba allí para intervenir en el acto inaugural y para preparar la llegada, dos días después, de un amplio número de poetas judíos que se sumarían a los que leían ese día y el siguiente. El abrazo fue inmediato, posiblemente porque la empatía genera ese relámpago que luego puede, o no, consolidarse en amistad, en afecto, en admiración hacia la obra poética del otro, ya por largo tiempo.
En lo poco o nada que entiendo del inglés, creí escuchar a Margalit: "Good poet". Ella es muy respetada en sus criterios y no seré yo quien la desmienta, aunque hable bien, por generosidad, de mis ejercicios de aprendizaje. Pero antes me había comentado que Haim había nacido en Bucarest en 1940 y que tuvo que emigrar en condiciones penosas con su padre al recién creado estado judío cuando tenía ocho años (la madre había muerto durante la barbarie nazi).
Y nos dimos un fuerte abrazo e intercambiamos algunas impresiones, quedando citados para el segundo día del encuentro, donde me traería su último libro publicado, una antología con poemas selectos ya publicados en un arco temporal que va desde 1971 a 2011.
Así fue, en el restaurante donde cenábamos, a las afueras del pueblo druso de Meghar, Haim vino a la mesa y me hizo entrega de su libro, dedicado con mucho aprecio. Estaba publicado íntegramente en hebreo, en tapa dura y con algunas ilustraciones de él mismo. Como comprenderán, no lo entendí, pues ni siquiera domino el inglés, y menos el hebreo.
Por suerte, sólo en la primera página había un subtítulo: "Right to Paradise Lane" (2012, pp. 199). Y también, ya no por suerte sino por justa prevención me hizo entrega de ocho poemas suyos escritos directamente en inglés. Hoy, en esta nota preliminar, dejaremos conocer dos de ellos en la lengua original en que fueron escritos. Más adelante, con las debidas traducciones, nos adentraremos en la poética de este pequeño grande hombre de las letras israelíes, de este poeta, dramaturgo, periodista, crítico literario, pintor, editor cultural? que estudió Letras hebreas, Filosofía? y ejerció de profesor de diversas disciplinas.
Por sus libros Treinta poemas (1971), Local Poetry (poetry), Am Oved, 1986 [Shira Mekomit] Poesía Local (1986), Metatron (poetry), Zmora Bitan, 1989Metatron (1989) o Expedition to the Forbidden Zone (1994) y Expedición a la zona prohibida (1994), entre otros, le concedieron los más importantes premios literarios de Israel, como el Premio de Poesía Katz o el Premio del Primer Ministro de Literatura, en 1998.
Pronto escribiré sobre la poesía de Haim Naghid. Mientras va este preámbulo para que vayan conociendo su nombre
DOS POEMAS DE HAIM NAGHID
CALM NIGHT
Through the darkness of a silent entrance
backward the cat had slipped.
As the oblivion creek the sea is ruthless.
Soon the houses will peel as weary skin.
Everything is always bundled.
A frenzy anxiety of an evil road.
In the heart the pins are stuck now
As arrows on a target board.
On the fading shoreline,
A tired angel-mouse spreads
His wings in the piling shades.
Calm night covers all.
Leprous is the giant city.
In vain and with no purpose we were born.
JULY
Summer glow was ruthless as a maze
Under heaven's parasol.
Exactly as her clear transparent face
now fading in a shining hole.
Human life is short and bent as comma is.
Decay from the begining starts.
Her memory, it seems, has stopped to tease,
As if against his stupid wish.
And suddenly it died, once and for all.
memories, pathetically indeed,
are always what we yearn them to be.
Therefore a cautious man
From memories abstains
And bending, meekly waits,
For summer's ending maze.