Hay muchas formas de entender qué es la competición, la competencia, los competidores, etc. y todas ciertas en la medida en la que nos creemos nuestra forma de pensar. Que cada uno juzgue para qué le resulta útil su forma de pensar y que actúe en consecuencia.
Durante muchos años yo entendía la competencia como un rival al que había que vencer, alguien que mee robaba los clientes con formas y maneras más o menos éticas. Si dichas "maneras" eran éticas, lo llamaba competecia leal y sino, competencia desleal, pero ambas dolían igualmente.
Esto en el mundo del deporte es muy similar. Asistimos a las competiciones con el fin último de ganar al rival.
¿Es esto lo que define a un emprendedor? Un emprendedor es mejor o peor por el número de "rivales" que deja atrás? ¿Sólo va buscando la ganancia de dinero? Hay mucho emprendedores que no necesitan más dinero en sus vida y siguen buscando proyectos con los que emprender porque emprender es una actitud.
Desde luego, hoy en día, esa manera de ver a la competencia (que yo mismo tenía hace unos años), no es como entiendo hoy la vida. Yo no he emprendido por dinero y tampoco por un premio. Lo hago por una causa mucho más egoísta: Conocerme mejor. Conocer mis límites, saber si soy capaz de crear algo útil y con valor para la sociedad, o al menos para una parte de ella. Si lo consigo, será porque habré superado obstáculos, habré aprendido por el camino, me habré tenido que adaptar, que hacer algunos cambios y me habré convertido en una mejor persona y en un mejor profesional.
Y cuanto mayores sean los retos que tenga que superar, en mejor persona me convertiré, en mejor profesional. Si lo retos no fuesen tales, no tendría mucho que aprender... Yo quiero llegar a viejo y contarles a mis nietos historias dignas de ser escuchadas. Y supongo que tú también lo querrás.
Ahora bien, cuando llega una persona y se empezaba a dedicar a lo mismo que tu, en el mismo mercado, etc. Seguro que te hará perder clientes y eso duele, pero también te obligará a pensar otra forma de hacer las cosas. Te obligará a adaptarte, a no quedarte parado, a buscar nuevos cambios, nuevas vías.
En definitiva, ese competidor, te está obligando a cumplir con aquello para lo que has hecho emprendedor. Te ayuda a no quedarte parado y a adaptarte mejor y más rápidamente a una nueva situación.
Lo que duele no es el competidor sino, no ser capaces de superar los retos. Al competidor le tenemos que estar agradecido porque nos ayuda a cumplir con nuestra misión como emprendedores. Es nuestro colaborador en este sentido... y lo puede ser en otros.