Varios académicos de todo el mundo han enviado una carta firmada al Dr. Andreas Schleicher, director del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA en Inglés) de la OCDE, mostrando su profunda preocupación sobre el impacto de los resultados del informe en las políticas educativas de todo el mundo.
Entre otras cosas destacan que:
- PISA ha contribuido a que se abusen de los tests estandarizados en educación y basar el éxito académico en una sola medida.
- Los ciclos de evaluación de tres años de PISA han sentado las bases para buscar cambios a corto plazo y ayudar a los países a subir en el ranking mundial cuando se sabe que las reformas educativas tardan décadas en lograrse.
- PISA obvia objetivos educativos relacionados con aspectos físicos, morales, cívicos y artísticos que forman parte del imaginario colectivo de nuestra sociedad.
- La OCDE se posiciona a favor del rol económico de la escuela pública. El papel de la escuela no es sólo preparar a los ciudadanos para el empleo sino para la participación democrática y el desarrollo personal.
- La OCDE potencia sus alianzas con compañías multinacionales que buscan beneficio económico ante los malos resultados-reales o percibidos- de PISA. Muchas de esas empresas prestan servicios a las escuelas públicas de algunos países.
- El régimen que establece PISA con sus evaluaciones empobrece las clases ya que implica más tests para los alumnos y menos autonomía para el profesorado. Todo ello está aumentando el nivel de estrés en las escuelas afectando el bienestar de los alumnos.
Sin duda alguna son consideraciones que no hemos de pasar por alto, sobre todo si la preocupación última de algunos gobiernos se centra en subir posiciones en una clasificación antes que buscar una auténtica mejora de la calidad educativa.