Estamos en busca de motivaciones para todo. Y cuando hay un asesinato de por medio más aún. No se entiende que alguien quite la vida a otro sin algo que motive ese hecho tan atroz. Qué oscuros laberintos tiene el cerebro humano para llegar a esas conclusiones. Y lo contamos públicamente. En la tele, en la radio, en diarios, en redes sociales anónimas y no tan anónimas. Y todos podemos opinar tan panchos.
Aún no hemos explicado y comprendido el porqué de Charo Porto y su marido para quitar de en medio a su hija Asunta. O el del Bretón cordobés para eliminar a dos hijos suyos intentando dañar a su mujer. O también los denominados como pasionales o a causa de la violencia de género (con esos calificativos parecen ya explicados y resueltos de antemano y guardados en el cajón de la memoria negra). Y ahora nos inquieta sobremanera lo sucedido ayer tarde con la presidenta de la Diputación de León. El caso es que parece resultar sumamente fácil deshacerse de quien nos molesta en estos tiempos duros y críticos. Estos abominables hechos necesitan de explicaciones para que los podamos encajar en la memoria. No cuadran si no.
Ayer escuchaba y sigo escuchando hoy ecos de explicaciones de todo tipo con el final de la vida de Isabel Carrasco. De todo tipo, vuelvo a repetir. Y me asusto. Razonamientos de lo más peregrino. Y hay quien lo está justificando desde diferentes matices. Y esto se parece demasiado a cuando se metía por parte de los abertzales extremistas en el saco de lo justificable políticamente los crímenes de inocentes que sus colegas cometían casi a diario. Eso es lo peligroso. Que alguien vea con ojos complacientes un crimen. Sea cual sea. Y justifique sus razones, o las alivie con maquillajes. Y eso, cuando menos, se acerca peligrosamente a interpretaciones torticeras sobre la utilidad de una muerte. Clamamos porque en todo el mundo desaparezca la pena de muerte, y por lo bajo, justificamos algún que otro asesinato. Es para hacernos mirar a donde hemos llegado. Esto está empezando a no ser reconocible ya. Y lo gordo del asunto es que no atisbamos posibles soluciones a esto que sucede.