Cada vez somos más los que salimos de nuestras casas, ciudades y pueblos en busca de una vida mejor.
Desde el otro lado del mundo, a orillas del Pacífico me encuentro con expatriados que un buen día decidieron, como hicieran navegantes de renombre: Colón, Balboa, Cortés, cumplir su sueño y buscar una salida a la precariedad actual.
Algunos vienen con la maleta cargada de proyectos, pero las trabas para empezar un negocio son muy grandes, otros se lanzan al vacío sin trabajo, creyendo que enseguida encontrarán su empleo soñado y descubren un sueldo que apenas les da para vivir.
Los expatriados que tenemos la suerte de venir de la mano de una empresa española, tenemos buenas condiciones, pero a cambio dejamos la piel trabajando seis días a la semana y doce horas diarias.
Aun así las personas que están en esta aventura se llevarán en su maleta, cuando tengan la suerte de volver a España, una experiencia inolvidable: gentes maravillosas, otras costumbres, otra manera de ver la vida y sobre todo un crecimiento personal y profesional digno de alabar.