Goleman dice que las personas que cultivan formas de focalización o de meditación inteligente son las que logran un máximo rendimiento. Y Pascal advierte que los problemas de la humanidad provienen de que la gente no sabe estar sola y en silencio en su habitación. Gabriel Ginebra señala: "Nuestros jóvenes? envían mensajes sentados a la mesa, mientras comen e incluso en la cama. Mis alumnos de los últimos cursos de universidad son incapaces de mantener la atención más de 10 minutos seguidos?"
Estamos en una era curiosa, no podemos desprendernos del móvil y éste no lo desconectamos ni en las iglesias; ni conduciendo el coche; ni en reuniones ni conferencias; hasta en salas de conciertos se oyen sintonías de móviles tensionando a todo el auditorio. ¿Necesitamos estar conectados de manera permanente? Ahora mismo en las empresas se transmiten cientos de correos inútiles, lo importante no es su contenido sino "dejar la pelota en el tejado de quien corresponda?"; y un correo lleva varias copias, a distintos niveles de responsabilidad? Un buen día, esos correos se esgrimirán con la indisociable frase de "Yo ya lo dije?" Se ha creado la burocracia tecnológica sin costes aparentes...
No toda la información es útil, en realidad nos engañamos a nosotros mismos con tal profusión de datos y decimos que "estamos comunicados". El relato del partido de fútbol en las emisoras de radio está siendo sustituido por el comentario jocoso de un variado elenco, el chiste fácil, y la crítica impaciente al entrenador de turno? No digamos la profusión de los partidos retransmitidos a través de las televisiones, los partidos comentados a través de Internet, y la dificultad de contar con la última noticia al cruzarse tantos canales de información. El espectador acaba cautivo de las tecnologías más que de la sencillez del relato que informa con puntualidad y simpleza de lo que ocurre en el campo de juego. Estamos en un momento de dispersión, muy acusada, y poco centrados en el suceso informativo ya que los medios deben "vender una escoba" y la publicidad acaba invadiendo los tiempos de disfrute del partido a través del relato? El relato deportivo ya no es lo que era? ¿Mejor o peor?