Estoy en contra de imponer los nacionalismos de cualquier pelaje, pero de lo que estoy más manifiestamente en contra es de "imponer." Este verbo se está repitiendo mucho desde hace algunas legislaturas, y no digo que haya cosas con las que no esté de acuerdo pero, entre prohibiciones y decretazos por parte de los sucesivos gobiernos, no deja de ser cuando menos, sorprendente e incomprensible el pensamiento único, hacia él nos encaminamos.
Cada vez entiendo mejor a los elefantes que al hacerse adultos abandonan su sociedad o ¿Será que las lecturas de juventud se están convirtiendo en realidad?... 1984, El señor de las moscas, Rebelión en la granja,... Definitivamente debí leer otra cosa.
"Veto", qué cruel palabra tan repetida. Estamos en la sociedad del "Gran Hermano", de los reality show. Estás Vetaóoo!!... Los nacionalsocialistas no deberían legislar sobre las opciones de libertad de la gente, pero se meten en todos los rincones de la vida cotidiana para estampar su marca identitaria. Goebbels hizo lo mismo para desarrollar la raza aria en Alemania. Estos nacionalistas de cartón piedra o de reality lo acabarán pagando al final del camino que están construyendo.
Lo siento por los que lucharon con ilusión en los años 70 por el reconocimiento de las nacionalidades históricas, que están viendo como los políticos de reality, de show o de cartón, como queramos llamarlos, de ahora están pervirtiendo su sueño. Mientras tanto las empresas cierran, el paro aumenta y el país no da más de sí.
¿Qué ha sido de aquellos ciudadanos de a macha martillo y vergüenza, trabajadores incansables? ¿Dónde están? De seguir existiendo deben estar soportando lo peor de un estado totalitario escondidos en ignotas masías. Ni voz, ni voto, ni libertad, ni trabajo. Otros ya campan por estos lares. Son los nuevos exiliados interiores de hoy, como antes lo fueron los obligados por el terrorismo. Como decimos en Castilla: "Donde no hay educación no hace falta que escarbes".