OPINIóN
Actualizado 04/05/2014
Policarpo Díaz

Hay varios acontecimientos sociales y públicos que despiertan el optimismo, la alegría por éxito obtenido y la celebración de los buenos resultados. Pero lo simpático del asunto, es que todos lo celebran, incluso los adversarios y la competencia, como si todos ganaran, aunque el pódium sólo lo puede ocupar uno.

Hablo especialmente de dos eventos. El primero de todos ocurrirá el próximo domingo 25 de mayo, como ocurre cada noche de elecciones, ya sean municipales, autonómicas, nacionales o internacionales. El caso es que todos ganan. Unos por ser los más votados. Los menos votados por haber adquirido mayor porcentaje de crecimiento. Los que han sufrido una ignominiosa derrota, por haber perdido por un porcentaje claramente menor que la vez pasada. Bueno, todos contentos, todos brindando y todos celebrando públicamente el éxito, haciendo declaraciones entre eufóricas y "quijotescas". Y así noche electoral tras noche electoral y los días sucesivos. 

Lo mismo ocurre el mismo día en el que salen  publicados los datos  del estudio general de medios (EGM). Todas las emisoras de radio, todos los periódicos y todas las cadenas de tv, celebran haber obtenido unos maravillosos resultados. Los más escuchados, vistos o leídos, celebran ser los líderes. Los que van detrás, celebran ser los segundos. Los terceros, que ya están más cerca de los segundos que la vez anterior. Los menos escuchados, manifiestan como su particular triunfo que han ganado en audiencia en una franja horaria o que tal o cual programa ha desbancado al de la competencia o le ha arañado unos cuantos seguidores. 

Qué bien. Todos contentos. Todos felices. Aquí  el que no se consuela es porque no quiere. Todo depende del umbral en el que pongas la conformidad. En estos dos ejemplos, parece que el listón es más bien bajito. Todo sea por ir creciendo en positividad ante la vida. Aunque también agradeceríamos un poco de análisis crítico y de realismo. Ayudaría a ir creando una cultura en la que la derrota, el decrecimiento, la pequeñez... son también posibilidades para crecer, ser más creativos y sobre todo vivir en la verdad, sin necesidad de ir buscándole los tres pies al gato para justificar el fracaso. 

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Todos contentos