OPINIóN
Actualizado 04/05/2014
Álvaro García Velázquez

El Primero de mayo no es una fiesta cualquiera, es un día de lucha y reivindicación de nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras. El 1 de mayo de 1886 en Chicago comenzó una huelga para reivindicar la jornada laboral de 8 horas, y 3 días después, tuvo lugar la Revuelta de Haymarket, donde detuvieron a 8 anarquistas, 5 de ellos fueron ejecutados y 3 apresados. Que no se nos olvide jamás.

Y digo que no se nos olvide jamás porque estoy viendo tristemente como nos arrebatan nuestros derechos laborales los gobiernos del PSOE y del PP con las sucesivas reformas laborales llevadas a cabo, mientras nos mantenemos impasibles. Dijo el compañero Marcelino Camacho: "El derecho de huelga se conquista haciendo huelgas; el derecho de reunión, reuniéndose; el derecho de asociación, asociándose; y todos esos atributos de la libertad se conquistan bajo la imposición de la lucha de las masas trabajadoras."

Tenemos que tener una cosa clara: para poder crear empleo y acabar con el paro debemos previamente repartir la riqueza, si no es imposible. El dinero no ha desaparecido, ni se ha quemado ni tirado al mar, simplemente su posesión se concentra en muy pocas manos, y mientras el 10% de la población se hace cada vez más rico, el 90% restante se hace más pobre. Debemos imponer de una vez por todas una carga impositiva progresiva, es decir, que pague más quien más tiene; debemos acabar con el fraude fiscal (el 75% proveniente de las grandes empresas) que nos hace perder 90.000 millones de ? en ingresos anuales; y debemos dejar de financiar a instituciones como la Iglesia (12.000 millones de ? anuales) y la Monarquía (500 millones de ?).

Una vez hecho ésto nos sobra el dinero para poder crear empleo. Se debe rebajar la jornada laboral a 35 horas y además habituarnos al horario europeo, de modo que tenemos trabajadores más felices y productivos que pueden compaginar vida laboral y familiar y por lo tanto consumirían más; se debe rebajar la edad de jubilación a los 60 años para generar un relevo laboral más rápido, y que también sería más productivo; debemos construir otro modelo productivo: industria, I+D+i, servicios públicos de calidad y sectores estratégicos económicos nacionalizados (agua, electricidad, energías renovables...).

Si tenemos ésto claro los trabajadores y trabajadoras de este país y luchamos por ello, no habrá nada ni nadie que nos detenga. Empecé citando a Marcelino Camacho y acabaré de la misma manera: "Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar."

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