Estamos de enhorabuena, los datos económicos son excelentes, salimos de la crisis y damos una lección a todos los europeos que imitarán nuestro ejemplo; se crearán miles y miles de puestos de trabajo, nuestra economía avanza de manera espectacular, creceremos más del 1,5 por ciento este año, las exportaciones están en alza.
Tanto optimismo en el gobierno me da que pensar, parece que todos han salido en tromba con la consigna común de hacernos creer las bondades de sus actuaciones.
Hace solamente un año, la misma troika ministerial que esta semana ha protagonizado la rueda de prensa más optimista en los años que gobiernan, transmitieron al país una gran preocupación por sus pesimistas declaraciones. Iba todo tan mal que nos conducía directos al desastre.
Cuando se dieron cuenta de las consecuencias de esas declaraciones, era demasiado tarde, nos habían sumido en la desesperanza, las encuestas reflejaban la situación que habían causado los tres ministros, bajando estrepitosamente el porcentaje de aceptación y popularidad del Gobierno por parte de la población.
Ante esta situación adoptaron una estrategia distinta, poco a poco intentaron insuflarnos optimismo en sus apariciones públicas, no hacen más que decir que la economía mejora, que los ratios económicos superan las expectativas, que los bancos se recuperan, que el paro disminuye, 2.300 parados menos en un trimestre, un número significativo si consideramos que solamente quedan 5.933.300 personas sin trabajo
Ahora que recuerdo, estamos en precampaña para las elecciones europeas. Seguirá el mismo optimismo después de 25 de mayo?