Hace unos días se ha recordado, un año mas, la shoah, el holocausto en diversas naciones del mundo y sin duda con pesar en el corazón de muchas personas. Con pesar y aún hoy con profunda incredulidad. ¿Cómo pudo ocurrir? A los judíos y gitanos deportados, a los campos de concentración se les denominaba en la jerga de las SS "stücks", "trozos", "cosas". Hacía tiempo que esas personas habían dejado de ser "menschlichs", "humanos" a los ojos de otros humanos que se consideraban a sí mismo miembros de una raza superior. Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra vienés, de ascendencia judía, sobrevivió a su internamiento en los campos de Birkenau y Dachau. Discípulo de Adler fundó la tercera escuela vienesa de psicología, cuyo contenido es la logoterapia. Uno de sus libros mas conocido ha sido "El hombre en busca de sentido". Recomiendo su lectura. Una lectura muy apropiada para los tiempos que corren. Pues bien, cuando preguntaban a Frankl acerca de la diversidad de creencias, clases sociales, ideologías, orientaciones sexuales, etcétera, que hay en el mundo se limitaba a contestar parafraseando a los nazis: "en el mundo hay dos razas, sólo dos razas: la de aquellos que son "decentes" y la de aquellos que son indecentes". "Decentes" son los que reconocen, incondicionalmente, la calidad humana del otro y como tal lo tratan, e "indecentes" el resto. Éste y no otro es el contenido y sentido universal de la ética. Por eso, me digo. Mi experiencia me dice que hay, sin duda ideologías políticas y comportamientos sociales "indecentes" y, sin embargo, alguno de esos seguidores, en algún momento, recuperó su humanidad venciendo el miedo, la codicia, el odio o cualquier otra motivación "banal". Podría poner algún ejemplo al respecto...Y, viceversa, seguidores de creencias "decentes", de partidos políticos "decentes" actúan de manera "indecente". Esta clase de personas son, en mi opinión, las peores. (Refiriéndose a ellas Paul Celan decía: "Ihr mahlt in den Mühlen des Todes das weiße Mehl der Verheißung". "Vosotros moléis en los molinos de la muerte la blanca harina de la promesa"). Por lo dicho y por otras razones de peso soy descreído en materia de homenajes, cruces al mérito o canonizaciones. ¿Acaso se premian los servicios prestados a la gente de a pié? ¿Acaso éstos merecen un desvelo? ¿Y aquellos? ¡Los abogados de causas perdidas...¡ ¿Acaso se guarda memoria de ellos? No, lo que usualmente se premia son los servicios prestados al lobby, a la casta, al privilegio o a la institución sea eclesiástica o nacional. En otras palabras, la humanidad no cotiza en los mercados.