OPINIóN
Actualizado 01/05/2014
Víctor Hernández

Recuerdo que hace años, cuando me dedicaba exclusivamente al folklore, coincidí en un evento con un cantautor local. Al ver su experiencia y tablas en el escenario, en un momento de la noche le pregunté si me podía dar algún consejo para mejorar como músico, a lo que él concluyó: "lo importante es que no le cojas apatía a la música".

Aquellas palabras me hicieron pensar si es habitual que un músico, a lo largo de su carrera, acabe mostrando apatía hacia lo que hace. Imaginé que si me daba ese consejo era porque él lo había sentido y empecé a plantearme de qué manera un músico puede tener apatía hacia su propio trabajo y cuáles son los motivos que le llevan a ese estado.

La primera de las razones, bajo mi punto de vista, podría ser que un músico, aun teniendo éxito, considere que su propia producción no es del todo buena y se exija cada vez más hasta auto-agotarse; esto le haría entrar en un círculo vicioso de pesimismo hacia su propia obra (algo que es relativamente habitual). Otra razón sería que una persona, tras haber completado sus estudios musicales, termine con la moral por los suelos a causa de las exigencias de sus maestros y considere que tampoco es tan bueno  como para continuar dedicándose a eso. Por último, podría deberse a la complejidad de una vida dedicada a la música donde las oportunidades son escasas, los beneficios nunca están asegurados y la durabilidad de la carrera musical siempre es incierta. 

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