OPINIóN
Actualizado 28/04/2014
Javier González Alonso

El 25 de mayo de este año tendrán lugar las elecciones al Parlamento Europeo. Siendo muy europeístas, los españoles no nos tomamos demasiado en serio dicho sufragio, antes al contrario, pues pensamos que no tiene tanta importancia. Y es un error garrafal, pues no haría falta recordar que es desde Europa desde donde han salido las órdenes de recortar en nuestra especulativa economía, cosa que han hecho encantados los lacayos de los bancos, dejando tirados en la cuneta a la ciudadanía que dicen defender.

Quienes luchamos por una Europa de las Personas, queremos terminar con los recortes y con unas políticas que han empobrecido a millones de personas e hipotecado el futuro de las próximas generaciones. Ante esta Europa desigual e insostenible, para beneficio de una élite política y financiera, hay que perseguir a los responsables de esta gran estafa y sentar las bases para que no se vuelva a repetir este expolio generalizado de lo común, para beneficio de unos pocos, siempre los mismos. ¿Ejemplos? Sobres de todo tipo; robo del dinero dedicado a la formación de parados; sexagenarias despreciando la ley por pertenecer al partido al que pertenecen...

Una situación que es especialmente sangrante en nuestro país, con el drama del paro, la exclusión social o la pobreza energética, así como con los diarios casos de corrupción. Una corrupción que quedó patente, más si cabe, en la reforma exprés de la Constitución, en 2011, donde se prioriza el pago de la deuda antes que cualquier inversión social y ecológica. Eso por no hablar del regreso de tiempos que se creían olvidados: el ordeno y mando; la jerarquía eclesiástica juzgando lo que está bien o mal; la represión generalizada ante opiniones no coincidentes? aunque, viendo la nómina de políticos que tenemos, en la que todos los que están son los que estaban en época de Suárez, no es de extrañar que sean muchos los favores que deben.

Otra primavera tuvo lugar, hace escasos años, en el llamado mundo árabe. Poco queda de ella, pues los poderes que entonces tenían el poder vuelven a surgir, poco a poco, para seguir sin que nada cambie. Ya lo expuso Giuseppe Lampedusa, en su genial "El Gatopardo", en la interpelación de Tancredi: "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". Respondiendo su tío Fabrizio "¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado". Siendo esto lo que válido para los grandes partidos, que se alternan en las poltronas.

Válido, ha sido válido hasta ahora, pero es hora de que cambie realmente. En un mundo totalmente interdependiente, como en el que estamos actualmente, nunca se había necesitado tanto a Europa, pues es un espacio clave para luchar contra las grandes corporaciones y mercados financieros, el cambio climático y los populismos xenófobos y filofascistas. No nos resignemos y reinventemos Europa desde la solidaridad, la democracia, la auténtica, y la sostenibilidad, recuperando la soberanía política y llevándola a un nivel continental para elegir la vida digna y responsable que merece cualquier ser humano.

Ante esto, el proyecto Primavera Europea, del que forma parte destacada eQuo, dentro del Partido Verde Europeo, propone unas respuestas válidas para la mayoría de las personas y acordes con los límites de nuestro propio planeta. Amamos nuestro entorno y queremos sostenibilidad y solidaridad, compartir valores, cooperar para prosperar y disfrutar; sí, disfrutar de nuestra diversidad cultural en un proyecto común de dignidad, paz y bienestar? y que sea para todos.

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