La nana del regaliz,
que el niño quiere dormir.
Cuando pase la tormenta,
caramelillos de menta.
Ciento un globos de colores
llenos de aroma de flores.
Olor a hierba segada
y así no temerá nada.
Mil caricias por aquí
y otras tantas por allí.
¡Que se duerma!...
¡Que se duerma!...
Que tenga un sueño feliz.
¡Que se duerma!...
¡Que se duerma!...
En su cuna balancín.