Según los datos publicados por Eurostat España vuelve a liderar la tasa de abandono escolar temprano entre los jóvenes de 18 a 24 años. El 23,5% de los alumnos españoles dejan la escolarización en comparación con la media de los alumnos del resto de Europa que se sitúa en un 11,9%.
El único dato positivo es que España mejora ligeramente con respecto al 2012 cuando se sitúo en un 25%.
Las causas de este fenómeno son complejas y diversas. Entre otras cabe destacar que hay muchos alumnos que ven la escolarización como un esfuerzo obligatorio que realmente no les prepara para su futuro; algunos perciben falta de innovación educativa que les motive a aprender dentro de las aulas; y otros declaran tener poca conexión con los profesores. Por otra parte existe una falta de recursos en los centros para garantizar una educación de calidad así como un criterio estructural sólido que impida cambiar los ejes educativos a golpe de decreto ley.
Lo que está claro es que este indicador, junto a otros más mediáticos como Informe Pisa, nos dan un toque de atención de lo que está pasando en la educación de nuestro país en comparación con otros de nuestro entorno. La lectura más global e inmediata nos hace entender que la inversión en educación es imprescindible y que todos los recortes que vengan en esta dirección tienen que estar meditados a fondo. A fin de cuentas apostar por la educación de un país es apostar por ofrecer a las población más oportunidades para labrarse un futuro mejor.