OPINIóN
Actualizado 17/04/2014
Manuel Rodríguez Fraile

"22M Batalla campal", a ese titular quedó reducido lo que comenzó siendo una "marcha de la dignidad" con la que miles de personas, los que debieron ser antes y después sus auténticos protagonistas, ejercieron de forma pacífica un derecho constitucional básico para manifestar su malestar con la situación que viven y la pésima gestión que, en su opinión, el Gobierno está haciendo para darles soluciones.

En esta sociedad de la información, de la palabra escrita o hablada, es fundamental utilizar bien los conceptos, expresar correctamente los diferentes significados de ciertos términos y describir de forma fiel los acontecimientos. Por eso me parece injusto y desacertado que, el inicial titular informativo que hacía referencia a los motivos reales de dicha marcha, se haya transformado en una inmerecida referencia a las salvajes acciones provocadas por un reducido número de energúmenos con la complicidad inestimable de ciertos medios de comunicación. Energúmenos, sí energúmenos, porque según la Real Academia Española, dicho adjetivo se debe utilizar para personas poseídas por el diablo o personas furiosas, alborotadas. Personas, que en ningún caso debieron ser los protagonistas.

Los legítimos "actores principales" de todo esto debieron ser, y deben seguir siendo, los miles de personas que caminaron muchos kilómetros para poner de manifiesto las dures situaciones por las que están pasando, las penalidades a las que cada día tienen que enfrentarse y la desesperación frente a la falta de soluciones aportadas por las Administraciones argumentando la ya tan manida excusa de la crisis, pero ¿qué crisis" porque cada vez parece más notorio que estamos antes una crisis de las instituciones. De las políticas, de las judiciales, de las de orden público, etc.

El Ministro de Hacienda nos sorprende ahora con una declaraciones en las que afirma "La Agencia Tributaria busca dinero "en B" en las PYMES para cercar el fraude". ¡Pero hombre si todos sabemos dónde está el dinero "en B"!. B de Barcenas, B de bolsillos, B de blanqueo, B de bandidos y de bandoleros, etc. Creo que ese dinero al que se refiere el Sr. Montoro debería buscarlo la Administración Tributaria no en las PYMES sino en las GYMGES (Grandes y Muy Grandes Empresas). Los pequeños empresarios bastante hacen con intentar sobrevivir.

Por cierto una cuestión más. Esos energúmenos a los que me he referido, no merecen tampoco el adjetivo de "antisistema" en todo caso el de "cafres" (bárbaro y cruel). Bárbaros por los destrozos que ocasionan, Crueles, porque desacreditan injustamente a miles de personas honestas, amparándose en el mal uso de un derecho. Y es que, tal vez el adjetivo de "antisistema" le podría cuadrar mejor a nuestros actuales responsables, porque si alguien está ejerciendo acciones antisistema son algunos de ellos desmantelando el que nos hemos dado un sistema de derechos en un Estado del Bienestar.

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