Con nuestra actual organización autonómica tenemos un grave problema.
Es muy posible que antes de fin de año, nuestra Deuda Pública supere el cien por cien del P.I.B. Mes tras mes, vemos las subastas que se hacen para endeudándonos más y más y así poder seguir pagando esta gigantesca Administración.
De seguir así, es un proceso que avanza hacia la ruina económica de España y a la degradación acelerada de las instituciones: los diecisiete gobiernos, el centenar largo de consejeros autonómicos, los más de mil parlamentarios, la duplicación de las burocracias, la maraña de la nueva legislación autonómica etc. etc. Este Estado de las autonomías está haciendo que el ciudadano se desengañe de una ávida clase política obsesionada por el cargo y sus prebendas, tantas veces injustificadas.
Ante la insolidaridad de quienes todavía pretenden más, ha llegado la hora de decir basta y no andarse con PAÑOS CALIENTES intentando contentar a quien siempre todo le parecerá poco.
Los españoles estamos a tiempo de rectificar y que a España no nos la troceen. Pienso igual que Indalecio Prieto cuando en 1943 desde su exilio mejicano decía:"Algunos cosmopolitas de nuevo cuño se burlan de lo que llaman mi patriotismo enfermizo: Para ellos todo el mundo es lo mismo; para mi, no. Yo no tuve más que una madre, a quien perdí, y una sola Patria, que temo haber perdido para siempre. Jamás encontraré modo de sustituirlas".
Si ahora se hiciera un referéndum en España para hacer recortes a las autonomías, seguro que el resultado sería un SI rotundo. Nuestra situación es similar a la de los länder alemanes en tiempos de Helmut Schmidt, y cuando al finalizar su mandato de Canciller de la Republica Federal Alemana le preguntaron cual había sido su logro más positivo, contestó sin dudar:" Haber reducido la autonomía de los länder en mas del 60 por ciento en beneficio del poder central".